Agathea coelestis - Agatea - Margarita azul - Aster de África
Todas las plantas pertenecientes a la familia de las Asteráceas forman un vasto género, muy importante desde el punto de vista de la jardinería, que comprenden más de 600 especies.
La Felicia procede de Sudáfrica y goza de un crecimiento rápido, la mata crece y aumenta cada año su diámetro.
Es una planta perenne y resistente que tiene flores parecidas a las margaritas.
Es una arbustiva aunque de tamaño reducido, formando densos matorrales que no sobrepasan los 50 cm de altura.
Generalmente se utiliza como planta ornamental de jardín o terrazas soleadas.
Se acostumbra a tratarla como una planta anual, pero en las regiones frías puede pasar el invierno en un invernadero, sacándola al exterior a la llegada de la primavera.
Se manifiesta excelente para suelo de jardín o jardineras, pero siempre ubicada a pleno sol, que requiere como condición indispensable para fomentar una abundante floración.
Tiene un espléndido resultado en ambientes rústicos, como planta de rocalla o para colocar en la frontera con otras plantas perennes herbáceas o una mezcla de plantas anuales y perennes.
Los tallos están cubiertos de hojas densamente apiñadas, enteras, de apariencia alargada y de color verde brillante y el envés algo más claro.
Es la mejor elección para cultivar en suelos que sean algo arenosos pero fértiles y bien drenados, se adapta sin inconvenientes a los suelos relativamente secos y ligeramente calcáreos.
No tiene unas exigencias especiales, no requiere de excesiva humedad ni en suelo ni ambiental, ya que goza de la cualidad de tolerar una sequedad relativa, excepto antes y durante la floración, siempre vigilando de no saturar el sustrato.
Las grandes flores guardan una gran semejanza con las margaritas, con pétalos azul violáceo y el corazón amarillo brillante.
Su floración colma la mata y asoma por encima la mata.
Es interesante ir eliminando las cabezuelas de las flores pasadas o secas para favorecer que siga floreciendo con exuberancia.
La floración se produce de forma continua y en abundancia desde principios de la primavera hasta finales de otoño, el periodo de floración se puede prolongar practicándole un despunte frecuente.
La planta puede mantenerse perfecta durante unos cuantos años, pero su floración irá siendo cada vez más escasa y pobre.
Es preferible renovar las plantas y hacerse con nuevos ejemplares cada dos o tres años.
En su hábitat natural se la puede encontrar en zonas rocosas o laderas, expuesta a periodos de calor e incluso a algunas heladas pasajeras.
Los frutos son velludos y ligeros, lo que favorece su dispersión por el viento.
Se multiplica, sobre todo mediante la división de la mata.
Por regla general los fragmentos se adaptan muy fácilmente al nuevo contenedor.
Mediante semillas se deben plantar a finales del invierno, procurándoles cierta protección.