Salvia rosa
El género representa un fascinante mundo de plantas aromáticas con aplicaciones culinarias y muy utilizadas en jardinería para espacios un tanto áridos.
Este aromático grupo lo conforma diversas especies y numerosos híbridos nuevos que alcanzan casi el millar de componentes, lo que le lleva a ser el género más numeroso que constituye la familia de las Lamiaceae.
En esta especie, como en todos los componentes del género, no sólo la floración goza de un excelente aroma sino que también las hojas emanan un intenso perfume.
Muchas de las plantas de este gran número de especies ya eran cultivadas en la antigüedad donde las utilizaban con fines medicinales para remediar numerosas enfermedades, de ahí su nombre procedente del latín "salvare = curar".
Su área de origen natural es México y la América Central, lugares en los que crece como una herbácea de condición perenne, formando matas grandes que pueden alcanzar los 1,5 m de elevación y una anchura bastante holgada.
Cuando se cultiva en un contenedor, aunque éste sea grande, las medidas que alcanza la mata serán siempre bastante más discretas.
Tienen una gran capacidad para adaptarse a una gran variedad de suelos, pero prefiere los livianos, con buen drenaje y algo calcáreos.
De los delgados tallos de color burdeos nacen las hojas opuestas, de largos peciolos, con la lámina aovada algo acorazonada, con el borde aserrado y las nervaduras rojas.
Produce pequeñas flores de color rosa con brácteas prominentes, en una tonalidad rosa más intensa que envuelven varias flores.
Se puede disfrutar de su impresionante floración durante un importante espacio del año, dado que nos obsequia con unas coloridas flores desde finales del mes de julio hasta casi noviembre.
Dado que la tendencia de crecimiento de sus ramas es muy dispersa y la mata puede quedar demasiado abierta, sobre todo si se la cultiva en maceta.
Es preferible, cercar con una fina cuerda todo el ramaje para que su desarrollo parezca más compacto.
Algo semejante, hay que realizar cuando el crecimiento excede el tamaño en que los tallos se puedan soportar por si mismos erguidos, entonces, habrá que colocar tutores en los tallos que lo precisen.
Los riegos han de llevarse a efecto de forma que el terreno quede humedecido en profundidad, pero evitando los excesos.
Lo más apropiado es esperar a que el suelo se seque antes de regar de nuevo.
Estas plantas no toleran los terrenos mojados o que permanezcan tiempo demasiado húmedos, sin embargo, soportan bien periodos cortos de sequía.
Los climas donde mejor prospera son los templados, aunque tolera heladas siempre que sean pasajeras, ya que si éstas son muy prolongadas hace que la planta se resienta.
Para ayudar a que la planta se muestre exuberante, durante los meses de primavera y verano es recomendable fertilizarla con un abono rico en diversos elementos como el potasio, componente que fomenta la floración.
Todos los años se la debe podar justo por encima del brote nuevo, se realiza a principios de la primavera.
Se multiplica mediante semillas, esquejes o por división de las raíces.
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