Planta del incienso - Plectranto
Es una planta herbácea perenne que crece en forma de matas bajas, con un follaje denso muy atractivo.
Originaria de la India, forma parte de la familia de las Labiáceas.
De crecimiento erguido, a medida que va creciendo se vuelve colgante, cuando los tallos alcanzan unos 20 cm.
En caso que se cultive en suelo y si se deja crecer libremente, acabará por formar una masa alfombrada de hojas.
Si se la deja crecer colgando libremente, llega a conseguir una buena longitud y volumen.
Por su alegre follaje y el modo de crecimiento el Plectranto es idónea para colocar en una cestilla colgante, sobre un estante alto o bien en jardineras.
En esta planta sobresale su compacto follaje, compuesto de hojas opuestas, de 5 a 10 cm de largo, ovales o redondas, abultadas.
Los márgenes festoneados, de coloración central verde intenso, mientras que los bordes destacan por ser irregularmente blancos o de color crema.
A menudo la parte central tiene dos tonos verdosos, por una parte uno suele ser verde oscuro y otro en tonalidad verde grisácea.
Es algo natural que con el tiempo los tallos se vayan tornando con una coloración rojiza. Las hojas desprenden un ligero perfume que recuerda al incienso cuando son aplastadas.
Puede resultar una espléndida planta de interior si se la dispone próxima a una ventana para que reciba una buena dosis de luz.
Necesita una iluminación muy intensa, aunque no tolera la luz solar directa, pero para que sobreviva en los meses de invierno.
Se le puede situar en esta época en zonas ligeramente soleadas. También quedará de manera destacada en una terraza con galería.
La temperatura ideal durante el periodo invernal está entre los 13 y 16 ºC.
En verano aparece la floración, ésta se produce sobre espigas erguidas que dan lugar a pequeñísimas flores de color blanco o lila pálido.
Realmente resultan poco vistosas, por lo que es mejor eliminarlas y dejar esa energía para el desarrollo del follaje.
Agradece los riegos frecuentes y abundantes en verano y más escasamente en invierno.
En cuanto a la humedad ambiental no presenta necesidades específicas, aunque la planta se mostrará más espléndida en una atmósfera húmeda.
Lo más importante es una buena ventilación, evitando el aire viciado.
Desde abril hasta octubre, se añade al agua de riego un fertilizante líquido para plantas verdes cada dos semanas.
Se debe respetar el periodo invernal de reposo, disminuyendo los riegos; en regiones de clima cálido puede seguir desarrollando hojas, pero éstas serán más pequeñas y más distanciadas una de otra.
Conviene renovar la planta cada dos o tres años, ya que con el tiempo tiende a perder hojas por la base y se hace excesivamente largas y desordenadas, por lo que es aconsejable tomar esquejes por lo menos una vez al año.
La Planta del incienso goza de una propagación sumamente fácil por esquejes, que puede realizarse a lo largo de todo el año siempre que se la coloque en un lugar no excesivamente frío.
En primavera lo hará aún con mayor rapidez. Los esquejes también enraízan en agua, si hay calor y luz abundante. Puede ser atacada por plagas como el mildiu o la cochinilla algodonosa.
Originaria de la India, forma parte de la familia de las Labiáceas.
De crecimiento erguido, a medida que va creciendo se vuelve colgante, cuando los tallos alcanzan unos 20 cm.
En caso que se cultive en suelo y si se deja crecer libremente, acabará por formar una masa alfombrada de hojas.
Si se la deja crecer colgando libremente, llega a conseguir una buena longitud y volumen.
Por su alegre follaje y el modo de crecimiento el Plectranto es idónea para colocar en una cestilla colgante, sobre un estante alto o bien en jardineras.
En esta planta sobresale su compacto follaje, compuesto de hojas opuestas, de 5 a 10 cm de largo, ovales o redondas, abultadas.
Los márgenes festoneados, de coloración central verde intenso, mientras que los bordes destacan por ser irregularmente blancos o de color crema.
A menudo la parte central tiene dos tonos verdosos, por una parte uno suele ser verde oscuro y otro en tonalidad verde grisácea.
Es algo natural que con el tiempo los tallos se vayan tornando con una coloración rojiza. Las hojas desprenden un ligero perfume que recuerda al incienso cuando son aplastadas.
Puede resultar una espléndida planta de interior si se la dispone próxima a una ventana para que reciba una buena dosis de luz.
Necesita una iluminación muy intensa, aunque no tolera la luz solar directa, pero para que sobreviva en los meses de invierno.
Se le puede situar en esta época en zonas ligeramente soleadas. También quedará de manera destacada en una terraza con galería.
La temperatura ideal durante el periodo invernal está entre los 13 y 16 ºC.
En verano aparece la floración, ésta se produce sobre espigas erguidas que dan lugar a pequeñísimas flores de color blanco o lila pálido.
Realmente resultan poco vistosas, por lo que es mejor eliminarlas y dejar esa energía para el desarrollo del follaje.
Agradece los riegos frecuentes y abundantes en verano y más escasamente en invierno.
En cuanto a la humedad ambiental no presenta necesidades específicas, aunque la planta se mostrará más espléndida en una atmósfera húmeda.
Lo más importante es una buena ventilación, evitando el aire viciado.
Desde abril hasta octubre, se añade al agua de riego un fertilizante líquido para plantas verdes cada dos semanas.
Se debe respetar el periodo invernal de reposo, disminuyendo los riegos; en regiones de clima cálido puede seguir desarrollando hojas, pero éstas serán más pequeñas y más distanciadas una de otra.
Conviene renovar la planta cada dos o tres años, ya que con el tiempo tiende a perder hojas por la base y se hace excesivamente largas y desordenadas, por lo que es aconsejable tomar esquejes por lo menos una vez al año.
La Planta del incienso goza de una propagación sumamente fácil por esquejes, que puede realizarse a lo largo de todo el año siempre que se la coloque en un lugar no excesivamente frío.
En primavera lo hará aún con mayor rapidez. Los esquejes también enraízan en agua, si hay calor y luz abundante. Puede ser atacada por plagas como el mildiu o la cochinilla algodonosa.