Laurel manchado - Falso laurel - Aucuba
Arbusto o pequeño arbolillo perennifolio de gran semejanza al laurel con el que en ocasiones se le suele confundir.
La Aucuba es una planta con una disposición de crecimiento erguido, de formas redondeadas que es capaz de llegar a conseguir hasta los 3 m de altura o incluso más dependiendo de su ubicación.
Posee una formidable densidad de grandes hojas perennes, anchas, lanceoladas, con los márgenes dentados, coriáceas, de color verde oscuro brillante, salpicadas de vistosas manchas amarillas.
Aunque a la Aucuba principalmente se considera, trata y utiliza como una planta de exterior, también se acomoda perfectamente para la decoración de interiores como planta ornamental.
Dentro de casa se desarrollará de manera adecuada si se respeta sus necesidades principales: aire fresco en abundancia y una considerable cantidad de luz.
Es muy resistente y admite bien las exposiciones a pleno sol, sin embargo, el mejor emplazamiento durante el verano es en semi-sombra, el resto del año puede situarse sin problemas al sol.
En los meses más calurosos es muy efectivo y beneficioso humedecer toda la planta con frecuencia, además de aportarle humedad mantiene limpias las hojas.
Los riegos del sustrato aun en verano no deben ser excesivos ya que los encharcamientos le perjudican.
tolera mejor periodos cortos de sequía que el exceso de líquido en las raíces.
En invierno hay que regar de forma moderada, dejando secar un poco el sustrato entre un riego y otro.
Al inicio de la primavera tiene lugar su floración, aunque las pequeñas flores en inflorescencias son insignificantes y de escaso interés ornamental.
Los abonados se han de hacer cada veinte días y con la mitad de la dosis recomendada en la etiqueta.
Aunque tiene bastante resistencia al frío no soporta las heladas prolongadas, cuando haya peligro de heladas hay que ponerla en una zona resguardada.
Los frutos únicamente se producen en los ejemplares femeninos; son pequeños del tamaño de una aceituna, de color rojo intenso brillante cuando están maduros.
No es demasiado exigente con el tipo de sustrato para su cultivo, pero en una mezcla con una parte de turba y otra de tierra de brezo añadidas a la tierra mejora el crecimiento.
Es necesario practicarle una limpieza de ramas que estén secas y realizarle una poda suave cuando termina el periodo de crecimiento; en invierno es el mejor momento.
Si se cultiva en maceta no es necesario cambiarla cada año, con hacerlo cada dos o tres será suficiente.
El procedimiento para la multiplicación no presenta ningún problema, se puede efectuar mediante la recogida de esquejes de la poda, esto nos permite obtener un buen número de esquejes.
Los esquejes producirán raíces con bastante rapidez manteniendo una temperatura adecuada, entre 20 y 22º C aproximadamente.
La Aucuba es una planta con una disposición de crecimiento erguido, de formas redondeadas que es capaz de llegar a conseguir hasta los 3 m de altura o incluso más dependiendo de su ubicación.
Posee una formidable densidad de grandes hojas perennes, anchas, lanceoladas, con los márgenes dentados, coriáceas, de color verde oscuro brillante, salpicadas de vistosas manchas amarillas.
Aunque a la Aucuba principalmente se considera, trata y utiliza como una planta de exterior, también se acomoda perfectamente para la decoración de interiores como planta ornamental.
Dentro de casa se desarrollará de manera adecuada si se respeta sus necesidades principales: aire fresco en abundancia y una considerable cantidad de luz.
Es muy resistente y admite bien las exposiciones a pleno sol, sin embargo, el mejor emplazamiento durante el verano es en semi-sombra, el resto del año puede situarse sin problemas al sol.
En los meses más calurosos es muy efectivo y beneficioso humedecer toda la planta con frecuencia, además de aportarle humedad mantiene limpias las hojas.
Los riegos del sustrato aun en verano no deben ser excesivos ya que los encharcamientos le perjudican.
tolera mejor periodos cortos de sequía que el exceso de líquido en las raíces.
En invierno hay que regar de forma moderada, dejando secar un poco el sustrato entre un riego y otro.
Al inicio de la primavera tiene lugar su floración, aunque las pequeñas flores en inflorescencias son insignificantes y de escaso interés ornamental.
Los abonados se han de hacer cada veinte días y con la mitad de la dosis recomendada en la etiqueta.
Aunque tiene bastante resistencia al frío no soporta las heladas prolongadas, cuando haya peligro de heladas hay que ponerla en una zona resguardada.
Los frutos únicamente se producen en los ejemplares femeninos; son pequeños del tamaño de una aceituna, de color rojo intenso brillante cuando están maduros.
No es demasiado exigente con el tipo de sustrato para su cultivo, pero en una mezcla con una parte de turba y otra de tierra de brezo añadidas a la tierra mejora el crecimiento.
Es necesario practicarle una limpieza de ramas que estén secas y realizarle una poda suave cuando termina el periodo de crecimiento; en invierno es el mejor momento.
Si se cultiva en maceta no es necesario cambiarla cada año, con hacerlo cada dos o tres será suficiente.
El procedimiento para la multiplicación no presenta ningún problema, se puede efectuar mediante la recogida de esquejes de la poda, esto nos permite obtener un buen número de esquejes.
Los esquejes producirán raíces con bastante rapidez manteniendo una temperatura adecuada, entre 20 y 22º C aproximadamente.