Helxine soleirolii - Lágrimas de ángel
Esta pequeña y preciosa planta perenne de naturaleza tapizante y aspecto encantador, puede llegar a formar una mata de tamaño bastante extenso a lo ancho, aunque de reducida altura (no supera los 10 cm de alto).
La Soleirolia hasta no hace demasiado tiempo respondía al nombre botánico de Helxine. Pertenece a la familia de las Urticáceas y es originaria de Córcega.
En su hábitat natural de la que procede crece espontáneamente entre las grietas de los muros y las rocas, después de los inviernos suaves vuelve a rebrotar con ímpetu.
Es una planta muy atractiva para que forme parte de un centro decorativo, dará un toque muy fresco colocada en la parte delantera de un arreglo cubriendo parte del borde del recipiente.
Adopta un crecimiento compacto, redondeado, que resulta muy decorativa en interior tanto en macetas como en cestos colgantes.
Esta planta de escasa altura se encuentra con las hojas en diferentes gamas de verdes y verde dorado, además de las jaspeadas en color plateado.
Presenta unos delicados y finos tallos muy ramificados, prácticamente traslucidos, que van arraigando a medida que van creciendo.
Las minúsculas y brillantes hojas se sostienen sobre pequeños y cortos peciolos. Las diminutas y solitarias flores de color blanco brotan de las axilas de las hojas de forma aislada.
La Soleirolia crece bien en emplazamientos a media sombra, hay que evitar exponerla al sol intenso.
Agradece las temperaturas frescas, pero se desarrolla bien con situaciones cálidas; sólo necesitará una dosis mayor de humedad ambiental.
Aunque pueda parecer una planta adecuada para terrarios o para los pequeños jardines en botellas, puede resultar demasiado invasiva, dominando sobre el resto de plantas.
Debe regarse moderadamente pero con regularidad, no hay que dejar nunca que el sustrato se seque.
Es preferible regarla por la base de la maceta colocando un platito con agua para que la absorba durante un rato; luego se retira el platito.
Desde el comienzo de la primavera y verano es preciso abonarla cada 15 días con un fertilizante líquido estándar que se añade al agua de riego.
Es relativamente resistente al frío, no a las heladas duraderas.
La forma más rápida y fácil para reproducirla es en primavera mediante la división de la planta con una porción de raíces.
Asimismo también es posible propagarla con suma sencillez por esquejes, incluso los trozos más pequeños que se puedan romper en el transcurso de su manipulación enraizarán enseguida y se desarrollarán sin problemas.
Para controlar el crecimiento en la maceta se ha de recortar los finos tallos con unas tijeras.
La Soleirolia hasta no hace demasiado tiempo respondía al nombre botánico de Helxine. Pertenece a la familia de las Urticáceas y es originaria de Córcega.
En su hábitat natural de la que procede crece espontáneamente entre las grietas de los muros y las rocas, después de los inviernos suaves vuelve a rebrotar con ímpetu.
Es una planta muy atractiva para que forme parte de un centro decorativo, dará un toque muy fresco colocada en la parte delantera de un arreglo cubriendo parte del borde del recipiente.
Adopta un crecimiento compacto, redondeado, que resulta muy decorativa en interior tanto en macetas como en cestos colgantes.
Esta planta de escasa altura se encuentra con las hojas en diferentes gamas de verdes y verde dorado, además de las jaspeadas en color plateado.
Presenta unos delicados y finos tallos muy ramificados, prácticamente traslucidos, que van arraigando a medida que van creciendo.
Las minúsculas y brillantes hojas se sostienen sobre pequeños y cortos peciolos. Las diminutas y solitarias flores de color blanco brotan de las axilas de las hojas de forma aislada.
La Soleirolia crece bien en emplazamientos a media sombra, hay que evitar exponerla al sol intenso.
Agradece las temperaturas frescas, pero se desarrolla bien con situaciones cálidas; sólo necesitará una dosis mayor de humedad ambiental.
Aunque pueda parecer una planta adecuada para terrarios o para los pequeños jardines en botellas, puede resultar demasiado invasiva, dominando sobre el resto de plantas.
Debe regarse moderadamente pero con regularidad, no hay que dejar nunca que el sustrato se seque.
Es preferible regarla por la base de la maceta colocando un platito con agua para que la absorba durante un rato; luego se retira el platito.
Desde el comienzo de la primavera y verano es preciso abonarla cada 15 días con un fertilizante líquido estándar que se añade al agua de riego.
Es relativamente resistente al frío, no a las heladas duraderas.
La forma más rápida y fácil para reproducirla es en primavera mediante la división de la planta con una porción de raíces.
Asimismo también es posible propagarla con suma sencillez por esquejes, incluso los trozos más pequeños que se puedan romper en el transcurso de su manipulación enraizarán enseguida y se desarrollarán sin problemas.
Para controlar el crecimiento en la maceta se ha de recortar los finos tallos con unas tijeras.