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Dahlia pinnata


Dalia

Esta es una planta herbácea, de tallos tiernos, flexibles, muy frondosa, con raíces tuberosas que produce unas de las flores más bonitas y perfectas de la naturaleza.

Aunque es una planta vivaz, en las regiones con climas fríos debe cultivarse como planta anual, sacando y guardando los bulbos cada otoño, para volver a plantarlos en primavera.

Florece sin parar durante todo el verano con unos cuidados básicos.

La Dalia necesita mucha luz y tolera el pleno sol incluso en los climas más cálidos, dado que favorece a que la planta genere una mayor floración.

Sólo requiere de un suelo fértil y bien drenado, y aportaciones regulares de abono para florecer hasta el otoño, conviene además protegerla del fuerte viento.

Uno de sus mayores atractivos reside en la gran variedad de formas y colores que presentan sus deliciosas y espectaculares flores.

Pueden ser simples, con una sola capa de pétalos, o dobles, con varias capas, hasta el punto que algunas forman una esfera perfecta y densa de pétalos de colores muy vivos, con unas de las gamas más variadas de las plantas con flor.

También se diferencian por su tamaño, hay variedades que apenas alcanzan los 8 cm de diámetro y otras, en cambio, superan los 15 cm.
Para que las flores tengan un gran tamaño, sólo hay que cortar los capullos laterales y dejar el central, el que está más alto y sobresale del tallo, con ello se obtendrán menos flores, pero de una medida más espectacular.

Se debe cortar las flores que estén marchitas para que no afee el conjunto y siga con nuevas floraciones.

El tamaño de la planta también puede ser muy variado, desde unos pocos centímetros hasta más de un metro de altura.

A la Dalia no le gusta demasiado estar en interior, aunque se la puede mantener como planta que se desecha después de la floración, pero se acorta considerablemente la duración de la flor y su cantidad.

En el caso que se desee cultivar dentro de casa hay que colocarla lo más cerca posible de una ventana, ya que necesita la mayor cantidad de luz posible, mejor si incluye algunas horas de sol al día.

Necesita agua en abundancia desde las primeras fases de crecimiento y durante toda la etapa de desarrollo, pero teniendo mucho cuidado de no encharcarla.



Con la llegada de los primeros fríos la parte aérea de la planta morirá, pero hay que dejar que el follaje se seque poco a poco antes de tomar los bulbos.

Hay que cortar la parte aérea de la planta y limpiar bien los bulbos de tierra, antes de guardarlos para plantarlos a finales del invierno o comienzos de la primavera.

En las zonas de clima templado donde no haya peligro de heladas, los bulbos pueden permanecer durante el invierno en la misma tierra siempre que no se riegue nada.





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