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Fritillaria imperialis


Sinonimia: Fritillaria imperialis 'Aurora'

Corona imperial - Fritilaria



El género compuestos por las Fritillarias incorpora plantas conocidas por desenvolverse muchas de ellas en terrenos rocosos y rústicos.

De esta elegante bulbosa llama la atención su poca necesidad de cuidados, nada exigente con el tipo de suelos y la versatilidad en cuanto a las situaciones de cultivo.

Lo único que no acepta son las disposiciones en interior porque necesita aire libre. En terrazas abiertas y soleadas sí se desarrolla sin dificultad

Presenta un tallo erguido y grueso, de largo tamaño, capaces de superar el metro de altura

En el caso de esta bella bulbosa de naturaleza perenne, el follaje forma parte de su alto poder decorativo.

Goza de unas hojas elegantes y en conjunto con sus cabezas florales evidencian un aspecto fascinante.

Las hojas de color verde brillante poseen una apariencia fresca, son alargadas y acabadas en punta, nacen agrupadas a lo largo del recio tallo.

En la cúspide del tallo se alza un penacho de hojas más pequeñas pero igualmente estrechas, bajo las cuales surgen las grandes y acampanadas flores colgantes.

La flor permanece siempre hacia abajo y luego de mostrar su globosa apariencia, se abre para manifestar su forma acampanada dejando ver los largos e inconfundibles estambres de color cremoso.

El color de la floración más característico es el naranja, pero existen otras variedades de color rojo y amarillo. Todas ellas poseen una tonalidad más oscura en la base de los pétalos.

Conviene tener en cuenta a la hora de plantar los bulbos de la Corona imperial en un macizo junto a otras bulbosas que su porte es muy alto y puede llegar a ocultarlas.

Lo ideal es colocarla de modo que quede detrás del resto de plantas elegidas o a diferente nivel para que no tape al resto de ejemplares.

La ubicación que más le beneficiará se encuentra en una zona de sombra parcial, donde goce de algo de sol que le resulta primordial, pero matizado o difuminado mediante el amparo de algún arbusto o árbol.

Es capaz de soportar el sol directo sobre sus tallos siempre que se trate de una zona de clima suave, donde el sol no incida de manera intensa y le pueda producir alguna lesión.

Los bulbos han de enterrarse algo más profundos que el resto de bulbosas, dado que los largos tallos necesitarán de una base sólida para no ser vencidos por el viento.

Incluso cuando se desea cultivar en macetas éstas deben de ser profundas y ser de un material consistente o bien colocar unas cuantas piedras en la base antes de añadir el sustrato.

Requiere de un sustrato poroso, suelto, que drene con facilidad y sobre todo rico en nutrientes. Por lo demás se adapta bien a casi todo tipo de suelos.


El suelo ha de permanecer siempre con una cierta humedad, evitando en todo momento los encharcamientos.

Estos bulbos son de floración primaveral, por lo que se deben plantar al iniciarse el otoño para que en la siguiente estación aparezcan las flores.

El cultivo en contenedores no difiere del cultivo en suelo, sólo que es preferible colocar varios bulbos en el mismo recipiente, de esta forma una vez que estén florecidos resultarán aún más vistosos.

Los bulbos más viejos producen bulbillos que se pueden dejar que maduren en el bulbo madre o bien tomarlos y plantarlos en otro contenedor.

No es necesario sacar los bulbos del contenedor donde se encuentren, pueden permanecer en el durante todo el invierno, eso sí, hay que mantenerlos al abrigo de las posible heladas, algo que no soporta.

La forma más apropiada de propagarla es mediante la separación de los nuevos bulbillos, plantado al menos un par por cada maceta.





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