Sinonimia: Arum ringens - Arisaema praecox
Arisaema sieboldii - Lirio cobra
Este género forma parte de la familia de las Araceae y es oriundo de Asia, Norteamérica y diversas regiones africanas.
La A. ringens es propia de zonas húmedas de Japón, China y Corea.
Es una planta tuberosa de índole perenne y baja altura, pero que destaca notablemente por sus enormes hojas y el estilo tan exótico de su floración.
El lugar del jardín más adecuado para cultivar este Lirio cobra es en una zona semisoleada o de sombra luminosa, jamás colocar a pleno sol.
Requiere suelos húmedos donde no falte la humedad, pero que gocen de un buen drenado para que no dañen los tubérculos, susceptibles de pudrición si se mantiene la tierra demasiado mojada durante periodos prolongados.
El alto grado de humedad es casi la única condición realmente significativa a tener en cuenta a la hora de cultivar esta especie, no hay que dejar en ningún momento que el suelo se seque.
Aparte de sus necesidades de ambientes húmedos no es una planta de atenciones complejas y crecerá con vigor en un suelo suelto y fértil.
Los tubérculos producen tallos que portan un pequeño número de hojas de gran tamaño, trifoliadas, ovaladas o elípticas, brillantes y de color verde brillante.
El nervio central de las hojas destaca y los secundarios se encuentran levemente hundidos y bordes algo picudos.
La floración aparece entre finales de abril y mayo, consta de una flor por tubérculo que se alza desde el centro de unión de dos hojas.
Las flores tienen una apariencia extraña aunque representativo del grupo, la forma de la espata asemeja la cabeza de una cobra, de ahí el popular nombre común.
Cada flor de tamaño considerable disfruta de una espata de vistosas rayas gruesas de color verde y morado que cambia de intensidad con el tiempo, forma una capucha que cubre el interior donde se encuentra el espádice blanco amarillento.
Las florescencias permanecen en buen estado mucho tiempo, siempre que se prolongue la climatología con temperaturas moderadas o poco calurosas.
De las flores se obtiene una espiga de frutos redondeados y densamente apretados de color verde, que se tornan rojos al madurar al inicio del otoño.
La manera más sencilla de propagarla es tomando los nuevos brotes que surgen alrededor de la planta madre.
Los tubérculos se deben plantar en el suelo a escasa profundidad, en una mezcla fértil y arenosa.
Las semillas son otra opción apropiada pero mucho más compleja y con floraciones que pueden demorarse notablemente en el tiempo.
La A. ringens es propia de zonas húmedas de Japón, China y Corea.
Es una planta tuberosa de índole perenne y baja altura, pero que destaca notablemente por sus enormes hojas y el estilo tan exótico de su floración.
El lugar del jardín más adecuado para cultivar este Lirio cobra es en una zona semisoleada o de sombra luminosa, jamás colocar a pleno sol.
Requiere suelos húmedos donde no falte la humedad, pero que gocen de un buen drenado para que no dañen los tubérculos, susceptibles de pudrición si se mantiene la tierra demasiado mojada durante periodos prolongados.
El alto grado de humedad es casi la única condición realmente significativa a tener en cuenta a la hora de cultivar esta especie, no hay que dejar en ningún momento que el suelo se seque.
Aparte de sus necesidades de ambientes húmedos no es una planta de atenciones complejas y crecerá con vigor en un suelo suelto y fértil.
Los tubérculos producen tallos que portan un pequeño número de hojas de gran tamaño, trifoliadas, ovaladas o elípticas, brillantes y de color verde brillante.
El nervio central de las hojas destaca y los secundarios se encuentran levemente hundidos y bordes algo picudos.
La floración aparece entre finales de abril y mayo, consta de una flor por tubérculo que se alza desde el centro de unión de dos hojas.
Las flores tienen una apariencia extraña aunque representativo del grupo, la forma de la espata asemeja la cabeza de una cobra, de ahí el popular nombre común.
Cada flor de tamaño considerable disfruta de una espata de vistosas rayas gruesas de color verde y morado que cambia de intensidad con el tiempo, forma una capucha que cubre el interior donde se encuentra el espádice blanco amarillento.
Las florescencias permanecen en buen estado mucho tiempo, siempre que se prolongue la climatología con temperaturas moderadas o poco calurosas.
De las flores se obtiene una espiga de frutos redondeados y densamente apretados de color verde, que se tornan rojos al madurar al inicio del otoño.
La manera más sencilla de propagarla es tomando los nuevos brotes que surgen alrededor de la planta madre.
Los tubérculos se deben plantar en el suelo a escasa profundidad, en una mezcla fértil y arenosa.
Las semillas son otra opción apropiada pero mucho más compleja y con floraciones que pueden demorarse notablemente en el tiempo.
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