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Cercis siliquastrum


Sinonimia: Siliquastrum orbicularis

Árbol del amor - Árbol de Judas - Algarrobo loco




Estamos ante un árbol con un follaje de naturaleza caduca, originario del sur de Europa y parte de Asia.

Pertenece a la familia de las Fabaceae, también llamada Leguminosae.

Aunque logra un tamaño considerable cuando se cultiva en suelo, puede permanecer en un gran macetón durante mucho tiempo dedicada como planta ornamental.

Esto permite poder disfrutar del árbol del amor en jardines de dimensiones reducidas o en otros espacios limitados como una terraza o patio.

Los arbolillos medio formados muestran una formidable vistosidad cuando se encuentran en plena floración.

Pese a que sus flores son pequeñas, las produce en tal cantidad, que exhibe un impactante toque radiante de color rosado.

Tiene un crecimiento pausado. Forma un tronco delgado y grisáceo que a medida que el árbol envejece se hace más rugoso y oscuro.

Las hojas aparecen de forma alterna, son simples, grandes, con forma redonda y algo acorazonadas, de superficie ligera, nerviación palmeada y de color verde intenso en el haz y ligeramente más claro en el envés.

Al iniciarse la primavera van apareciendo los primeros brotes florales, éstos aparecen antes que el follaje y es lo que engalana al árbol de una vistosa coloración rosa.


Las flores se agrupan en pequeños racimos formados por una media docena de elementos. La floración además de originarse en la forma típica apareciendo en las ramas, lo puede hacer también a lo largo del tronco.

Hay que localizar una situación bien soleada para su ubicación, aunque los ejemplares jóvenes toleras cierta sombra.

En cuanto al riego conviene que sea comedido y no permitir que el suelo se sature.

Es resistente a los periodos de sequía. No requiere de un abonado metódico, es suficiente con hacerlo al inicio de la temporada con un fertilizante equilibrado.

Al finalizar el invierno se puede hacer una limpieza sobre los tallos deteriorados. Si ha crecido más de lo que se desea o de forma disforme se podará tanto como requiera el aspecto o forma que se pretenda.


Los frutos son unas vainas colgantes de color verde brillante que conforme maduran se van tornando rojizas. Son numerosas y pueden permanecer en la mata hasta la floración siguiente.

Las vainas se van secando y se abren una vez llegan a su madurez para dejar libres a las pequeñas semillas que portan.

Resiste el frío moderado, pero no así las heladas o el frío intenso durante un periodo prolongado.

Las plantas jóvenes admiten bien la división, esta es la mejor forma de hacerse con plantas nuevas plantas.

Para realizar la multiplicación mediante semillas hay que someterlas a un tratamiento previo con agua caliente.
El proceso de la germinación del semillado puede resultar algo lento.





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