Palito amargo
Esta es una planta vigorosa que goza de un ciclo vital corto, pero es capaz de florecer de forma profusa durante todo su periodo activo.
Pertenece al grupo botánico denominado Solanaceae compuesto por grandes especies bien conocidas.
Algunos relacionan esta planta con la Petunia, debido a que las dos comparten familia y la floración de ambas guarda una gran semejanza.
El tacto del follaje de los dos géneros es algo pegajoso.
Adquiere un tamaño moderado, con un crecimiento erecto que alcanza como mucho el metro de altura, más o menos enramado, con tallos delgados y algo desgarbados.
Se muestra como una gran planta ornamental para jardines de zonas que disfruten de veranos suaves y secos.
La etapa de floración máxima ocurre durante el verano, pero es muy común que si el buen tiempo acompaña el ciclo se incremente y siga produciendo flores hasta bien entrado el otoño, o las temperaturas desciendan.
Sus grandes flores atrompetadas, tienen un largo tubo que se abre en cinco divisiones bilobuladas.
En la floración destaca los brillantes colores llenos de ricos matices, y los característicos trazos que surgen desde la garganta en llamativas tonalidades.
Resulta muy interesante utilizar un pequeño sector del jardín para reunir un puñado de ejemplares que luzcan los múltiples colores de los que goza la especie: blanco, rojo, amarillo cremoso, anaranjado, amarillo intenso, violeta, morado, malva, rosa, púrpura, etc.
Existen variedades enanas que son igual de resistentes y más adecuado para cultivar en contenedores.
Se muestra como una planta de cuidados tremendamente fáciles, lo único que puede presentar un problema en su cultivo son las condiciones húmedas.
Necesita de exposiciones soleadas, al abrigo de vientos fuertes, manteniendo la tierra ligeramente húmeda y evitando a toda costa los excesos de riego, así como los estancamientos de agua en el sustrato.
Dado que es una planta que requiere de riegos moderados, es capaz de tolerar algún descuido por falta de agua sin que sufra en exceso.
Al ser una planta anual no se puede conservar de un año para otro, por lo que es necesario recoger sus semillas para obtener nuevas plantas con asombrosa facilidad.
Las semillas se siembran al final del invierno o comienzos de la primavera, una vez sembradas, conviene mantenerlas con cierto calor y protección, germinarán pasadas unas tres semanas.
Las plántulas no se deben plantar al aire libre hasta estar seguro de que el peligro de heladas ha pasado.
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