Tabaiba majorera - Tabaiba roja
Otras especies de Euphorbias ►
Es un arbusto suculento y de alto valor ornamental para cultivar en jardines de zonas de buen clima.
Forma una especie de arbolillo muy ramificado y cuyos tallos pueden alcanzar los 2 metros de altura y algo más en anchura teniendo en cuenta que su ramaje es amplio y abierto.
Esta curiosa planta de aspecto exótico y gran belleza, proporciona un bello efecto en un jardín de bajo mantenimiento o en una rocalla de gran tamaño.
Pese a que necesita de pocas atenciones por nuestra parte sí requiere de situaciones de calor y una prudente humedad ambiental.
El género compuesto por las Euphorbiaceae, del que forma parte esta planta, forman un grupo constituido por unas 2000 especies, las cuales están ampliamente extendidas en las zonas templadas del mundo.
Esta es una especie singular de una determinada zona del sur y oeste de la isla de Tenerife, isla que cuenta con espacios protegidos con una importante representación de especies propias y exclusivas de dicho territorio.
Aunque el desarrollo natural de la Tabaiba majorera se encuentra de manera bastante abundante en laderas y barrancos de la isla de Tenerife, nada impide cultivarla en jardines de características similares o lo que es o mismo, terrenos rústicos pero que gocen de cierta humedad.
La Tabaiba posee gruesos tallos suculentos con la corteza color marrón grisáceo, carentes de espinas, pero con evidentes cicatrices que van dejando las hojas al caerse, las ramas jóvenes poseen una tonalidad rojiza.
Las grandes hojas de color verde azulado, son estrechas y largamente elípticas, se concentran en la parte terminal de los tallos, donde forman una roseta. Con frecuencia el centro de las hojas presentan una coloración rojiza.
En el núcleo de estas rosetas se encuentran densas inflorescencias con flores y brácteas de color rojo púrpura.
Las verdaderas flores son insignificantes pero muy características, es de mencionar que la designación 'atropurpurea' hace referencia a la tonalidad purpúrea de su floración.
Las flores se desarrollan durante los meses de invierno y primavera, dando lugar a frutos púrpuras muy llamativos.
Es gratificante la gran facilidad que supone el cultivo de esta planta, basta con proporcionarle un emplazamiento soleado.
El éxito estará garantizado si goza de un clima cálido durante todo el año, un suelo moderadamente húmedo y pequeñas dosis de fertilizante de tanto en tanto.
El sustrato hay que mantenerlo seco en invierno, en todo caso, si la temperatura es elevada requerirá algún riego esporádico.
Al igual que el resto del conjunto de plantas que pertenecen a la familia de las Euphorbias, el látex o líquido lechoso y pegajoso que desprende cuando se le hace un corte puede producir inflaciones en las mucosas por ser muy irritante.
Hay que tener especial cuidado que los niños pequeños no la manipulen.
Siempre hay que lavarse bien las manos tras manipular una de estas plantas. Se reproduce a través de semillas.
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