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Todas las especies proceden de Asia meridional y Australia y componen la familia Asclepiadaceae.
Esta Hoya como el resto de la especie le gusta los entornos cálidos y se adapta sin demasiados problemas a los ambientes de interior.
Queda perfecta en una cesta colgante donde se puede apreciar con detalle la belleza de sus flores y valorar su perfume.
Requiere de algún tipo de guía para dirigir y apoyar el crecimiento de los flexibles tallos.
Se adhiere a soportes o paredes por medio de diminutas raíces adventicias que afloran en sus tallos.
El lugar ideal para situar a la Hoya es en una galería bien iluminada, preferible si cuenta con algunas horas de sol, siempre las menos intensas del día.
Evitar a toda costa las corrientes de aire y los cambios bruscos de temperatura.
Un requisito primordial es encontrar un lugar adecuado para la Hoya y no moverla del sitio y menos aún si está en plena floración o dejará de hacerlo, en este punto la hoya es bastante delicada.
Las hojas son amplias en forma de corazón, quizás de las más grandes del género, ovales, carnosas, cubiertas de un tejido ceroso y de color verde brillante, más oscuras por la parte superior y más pálidas por la superficie inferior.
Origina racimos colgantes con numerosas flores cerosas en forma de estrella, de color blanco lechoso con tintes rosáceos y centros en los que sobresale el color rojo.
Es bien conocido el dulce y profundo perfume que emiten sus flores, sobre todo lo hacen con mayor intensidad por la noche.
Otra condición muy apreciada es el tiempo que las flores permanecen en la mata, así como la posibilidad de que puedan florecer en diferentes momentos de la temporada.
Hay que dejar que las flores caigan de forma natural, no arrancarlas de la mata.
Las Hoyas son plantas sensibles a los excesos de agua, la mejor pauta a seguir es regarla algo más en verano.
Siempre hay que esperar que el sustrato se seque ligeramente antes de regar de nuevo, en invierno bajar considerablemente la cantidad y los intervalos entre riegos.
El abuso en el riego termina dañando seriamente a las raíces.
No conviene abusar del fertilizado, sólo utilizar de manera prudente durante el crecimiento cada dos o tres semanas.
Hay que usar uno con alto contenido en potasio y en menor cantidad de lo recomendado en la etiqueta.
Es importante que la planta permanezca en un periodo de descanso durante el invierno, manteniéndola en un lugar fresco, no abonándola en absoluto y regándola con mesura.
Las temperaturas altas en esta época hace que la planta siga produciendo tallos, pero de pobre condición, con el consiguiente deterioro de la planta.
La plaga más común es la cochinilla, para evitarla hay que revisar la planta con frecuencia y utilizar un insecticida apropiado.
No cambiar de maceta hasta que sea estrictamente necesario, se encuentra bien con las raíces algo comprimidas.
Debido al peso que alcanza la planta es preciso que el contenedor cuente con una amplia base que garantice su estabilidad.
La multiplicación no presenta excesiva dificultad.
Se debe tomar esquejes de unos 8 cm de longitud e introducirlos directamente en una maceta con un sustrato poroso hasta cubrir el punto de unión de las hojas más cercano al extremo cortado.
Los esquejes tienen la capacidad de originar raíces en un recipiente con agua.
La planta segrega un látex lechoso cuando se corta un tallo, aunque el flujo no es excesivo.
2 comentarios:
La hoya es una de las plantas con flores más bellas que conozco y muy agradecida, si se encuentra en el lugar adecuado. Gracias por toda la información. Saludos
Hola Dorisalon, es verdad, esta planta tiene unas flores bellísimas, cuanto más de cerca las miras más hermosas parecen.
Un abrazo!!