Planta de la mariposa
Este género de plantas tienen un comportamiento de evolución anual o bianual. Los integrantes de este grupo pertenecen a la extensa familia de las Solanáceas.
Son oriundas de varios países Sudamericanos, principalmente de Argentina y Chile, y generalizada en otras muchas regiones templadas de todo el mundo.
No son demasiadas las especies de plantas que puedan competir con la planta de la mariposa en lo que respecta a la copiosidad de flores que produce y la hermosura de las mismas.
Es justo reconocer que las flores son tremendamente vistosas y de alegre colorido, capaces de engalanar cualquier balcón o jardín.
Existen varios tipos de esta encantadora anual semirresistente, cuyos colores varían entre el rojo, blanco, rosa, carmesí, malva y púrpura, todas ellas muy llamativas.
Las variedades enanas son las mejores para cultivar en contenedores.
Las matas adquieren unos 30 a 50 cm de altura, con delgados tallos que surgen erguidos, revestidos de hojas verdes esmeralda y que quedan prácticamente ocultas por la gran masa de flores que ocasiona.
Su época natural de floración es en primavera, pero las semillas se pueden sembrar en distintas épocas, según el momento en que se desee que produzcan flor.
Generalmente se hace la siembra en el mes de agosto para obtener plantas que van a florecer en el próximo mes de mayo.
Pero también puede sembrarse en febrero, marzo o abril si se quieren las flores en verano.
Cuando alcanzan unos 15 cm de altura se deben pinzar para estimular la formación de brotes laterales.
Es posible que requiera unos soportes adecuados a medida que se desarrolla y va adquiriendo volumen.
Lo más conveniente es distribuir tres cañas finas distribuidas en el borde de la maceta y unidas por rafia o un cordel delgado, con lo que la planta se encontrará perfectamente protegida.
La mejor disposición para un óptimo desarrollo se localiza en zonas soleadas, siempre y cuando sean regiones que disfruten de un clima templado.
En caso de que no sea así será mejor ubicarla en una posición de semi-sombra.
A la planta de la mariposa le afecta el calor excesivo, por lo que hay que proporcionarle espacios frescos y riegos generosos.
Cuando se cultiva en macetas hay que comprobar que los agujeros de drenaje eliminen bien el agua sobrante para que no produzca encharcamientos, con ello se evita una posible pudrición de las raíces.
Para favorecer su florecimiento es muy provechoso alimentarla cada dos semanas con un fertilizante propio para plantas de flor, que se debe incorporar al agua de riego.
Una amarillento de las hojas es indicio de que necesita alimento adicional.
Se multiplica sin demasiados problemas a través de semillas que se siembran en verano u otoño, germinan en unas pocas semanas.
