Armonía y equilibrio en las composiciones florales
La composición japonesa conocida universalmente con el nombre de Ikebana es en realidad de procedencia china y fue introducida en el Japón en el siglo VII.
La traducción occidental que más se ajusta a este vocablo es la de flores vivientes.
El concepto básico consistía en la disposición de tres elementos principales, de distinta altura e inclinación angular.
Las composiciones hechas con esta técnica puede expresarse mediante la simplicidad de la armonía con la naturaleza, esto es, el reflejo de la belleza de las flores y al mismo tiempo un reflejo de nuestro propio espíritu.
Un aspecto importante dentro del Ikebana es el diseño, las partes más importantes del diseño son el color, la forma, la textura y la línea.
El color y la forma vienen dadas por la propia naturaleza del elemento escogido. La textura es determinada por la superficie de los materiales usados y la línea se expresa por la ramas que tenga dicha composición.
La relación entre los diversos materiales, el estilo de los arreglos, el tamaño, forma, textura, volumen, el color de los recipientes y el lugar de colocación, son factores de una importancia vital.
Los arreglos son siempre únicos y efímeros, por lo tanto no se pueden coleccionar. A diferencia de los arreglos occidentales, un Ikebana nunca es simétrico, su belleza proviene de la asimetría.
Para el desarrollo de este arte es necesario concentrarse, hacer el Ikebana en silencio, hablando con los elementos que utilizaremos.
Cualquier flor, planta, hoja, fruto, semilla o rama sirven para realizar el Ikebana. También vale cualquier recipiente.
En Japón la práctica del Ikebana está integrada en la vida cultural con el mismo fervor que se le dedica a la ceremonia del té.
Estas son las escuelas de Ikebana más representativas: OHARA, SOGETSU, RIKKA, MORIBANA.
Una de las reglas que debemos seguir a la hora de realizar un centro con esta disciplina, es no utilizar cuatro elementos iguales en una misma composición, por ejemplo: no emplear cuatro flores iguales, ni tampoco cuatro hojas, frutos o ramas.
Se emplean entre uno y tres elementos a decorar, el número 4 no representa un buen símbolo.
El Ikebana sirve como método de auto-terapia, anima a las personas que lo practican, puesto que las flores permiten disfrutar de sus formas, colores y olores lo que influye de una forma positiva, ya que son elementos naturales que transmiten su energía vital a la persona.