Lechuga de agua - Repollito de agua
Maravillosa planta acuática flotante, integrada dentro de la familia Araceae; se conoce comúnmente por Lechuga de agua.
Es una especie que se caracteriza por su uso habitual en jardinería para la ornamentación de estanques o acuarios pequeños.
Al ser una planta flotante crece en superficie, sin necesidad de sustrato.
Consigue mantenerse siempre verde en climas templados, donde no pueda sufrir amenazas de heladas.
Forma una roseta de entre 5 a 20 cm de circunferencia, con hojas grandes, de terminación redondeada.
Las venas de las hojas están alineadas en paralelo, son de color verde suave y poseen una textura aterciopelada de gran belleza.
Entre mediados de la primavera y finales del verano se origina la floración: unas flores realmente pequeñas y sin ningún interés decorativo, en color blanco.
Disfruta de unas raíces bien desarrolladas, que le sirven principalmente para asegurar el equilibrio de la planta sobre el agua.
Los emplazamientos deben encontrarse a pleno sol o semi-sombra si se hallan al aire libre, o bien en lugares muy iluminados si se mantiene a la planta en acuarios o invernaderos.
Su necesidad de humedad es enorme, si no vive en contacto directo con el agua, deberá estar siempre en asentamientos que se encuentren lo suficientemente empapados.
Puede llegar a extenderse y a cubrir toda la superficie del agua en los lugares donde vive.
Por esto conviene controlar su excesivo desarrollo en estanques en el que convivan con peces.
Un número excesivo de ejemplares pueden formar sobre la superficie una masa tan compacta que evite atravesar el oxígeno del aire al agua.
La carencia de oxigenación del agua mata a los peces, además impide la evolución de otras plantas sumergidas; aunque por otra parte previene las floraciones masivas de algas.
En ocasiones es tal la molestia que produce su crecimiento tan acelerado y desmedido que muchas personas deciden eliminarlas.
Se multiplica muy fácilmente mediante estolones, también se puede propagar por semillas, aunque ella sola es capaz de autopropagarse.
Es una especie que se caracteriza por su uso habitual en jardinería para la ornamentación de estanques o acuarios pequeños.
Al ser una planta flotante crece en superficie, sin necesidad de sustrato.
Consigue mantenerse siempre verde en climas templados, donde no pueda sufrir amenazas de heladas.
Forma una roseta de entre 5 a 20 cm de circunferencia, con hojas grandes, de terminación redondeada.
Las venas de las hojas están alineadas en paralelo, son de color verde suave y poseen una textura aterciopelada de gran belleza.
Entre mediados de la primavera y finales del verano se origina la floración: unas flores realmente pequeñas y sin ningún interés decorativo, en color blanco.
Disfruta de unas raíces bien desarrolladas, que le sirven principalmente para asegurar el equilibrio de la planta sobre el agua.
Los emplazamientos deben encontrarse a pleno sol o semi-sombra si se hallan al aire libre, o bien en lugares muy iluminados si se mantiene a la planta en acuarios o invernaderos.
Su necesidad de humedad es enorme, si no vive en contacto directo con el agua, deberá estar siempre en asentamientos que se encuentren lo suficientemente empapados.
Puede llegar a extenderse y a cubrir toda la superficie del agua en los lugares donde vive.
Por esto conviene controlar su excesivo desarrollo en estanques en el que convivan con peces.
Un número excesivo de ejemplares pueden formar sobre la superficie una masa tan compacta que evite atravesar el oxígeno del aire al agua.
La carencia de oxigenación del agua mata a los peces, además impide la evolución de otras plantas sumergidas; aunque por otra parte previene las floraciones masivas de algas.
En ocasiones es tal la molestia que produce su crecimiento tan acelerado y desmedido que muchas personas deciden eliminarlas.
Se multiplica muy fácilmente mediante estolones, también se puede propagar por semillas, aunque ella sola es capaz de autopropagarse.