Usos y utilizaciones de los fertilizantes para las plantas.
Quizás se puede llegar a pensar que en el sustrato las plantas ya tienen los nutrientes suficientes que necesitan y hasta cierto punto es verdad.
No obstante, una planta sana podría comenzar a perder fuerzas al poco tiempo de comprarla debido a que los nutrientes naturales del sustrato se habrán agotado pasado un tiempo.
Si como norma se utiliza de forma adecuada un buen fertilizante hará que las plantas en magníficas condiciones, asegurando un crecimiento equilibrado y en el caso de las plantas con flores, un espléndido desarrollo de las mismas.
Además se erradicará las debilidades de cada planta en concreto si se escoge el fertilizante apropiado para cada caso.
Los fertilizantes deben ser tratados adecuadamente, es más probable que una planta muera por exceso de éste que por su falta.
Abonar las plantas en el momento inapropiado no sirve de nada, más bien podría dañarlas.
La regla básica es la siguiente: sólo hay que abonarlas durante su periodo de crecimiento activo.
Eso sucede generalmente entre la primavera y el verano, aunque muchas plantas florecen en invierno.
El resto del tiempo debemos limitarnos a incorporarles solamente agua de manera comedida.
Es un error tratar de forzar el crecimiento cuando una planta está en periodo de descanso.
Todo lo que conseguiremos será un ejemplar larguirucho, con hojas pálidas y pequeñas, porque los residuos de nutrientes no utilizados se acumulan alrededor de las raíces y la perjudican.
Cualquier planta que haya sido trasplantada en compost nuevo, tendrá abono suficiente durante bastante tiempo.
A grandes rasgos se podría decir que un compost con base de tierra negra conservará sus nutrientes naturales hasta casi 12 semanas, mientras que uno con base de turba es probable que se agote después de seis o siete semanas.
Pasado este tiempo hay que incorporarles el fertilizante más adecuado para el tipo de especie del que se trate.
En el caso de las plantas recién compradas, conviene fertilizarlas una semana después de su adquisición.
Seguramente, los nutrientes de su compost estarán ya agotados cuando la planta llegue a casa, pero es mejor esperar unos días antes de comenzar con su abonado.
Los primeros síntomas de que una planta necesita fertilizante extra son la aparición de hojas más pequeñas y sin vida y tratándose de especímenes de hojas veteadas.
El crecimiento de las hojas sin las manchas características. En cualquiera de estos casos hay que abonarla enseguida.
No obstante, no debemos esperar ningún milagro: los fertilizantes son un alimento para la planta, y no una medicina.
Antes de comenzar un programa de fertilización, hay que comprobar que no sean otras las causas que provoquen que la planta no responda de la forma adecuada.
Los tres elementos básicos que una planta necesita son: Nitrógeno, Fósforo y Potasio. En éste cuadro se puede ver que papel juega cada elemento.
Quizás se puede llegar a pensar que en el sustrato las plantas ya tienen los nutrientes suficientes que necesitan y hasta cierto punto es verdad.
No obstante, una planta sana podría comenzar a perder fuerzas al poco tiempo de comprarla debido a que los nutrientes naturales del sustrato se habrán agotado pasado un tiempo.
Si como norma se utiliza de forma adecuada un buen fertilizante hará que las plantas en magníficas condiciones, asegurando un crecimiento equilibrado y en el caso de las plantas con flores, un espléndido desarrollo de las mismas.
Además se erradicará las debilidades de cada planta en concreto si se escoge el fertilizante apropiado para cada caso.
Los fertilizantes deben ser tratados adecuadamente, es más probable que una planta muera por exceso de éste que por su falta.
Abonar las plantas en el momento inapropiado no sirve de nada, más bien podría dañarlas.
La regla básica es la siguiente: sólo hay que abonarlas durante su periodo de crecimiento activo.
Eso sucede generalmente entre la primavera y el verano, aunque muchas plantas florecen en invierno.
El resto del tiempo debemos limitarnos a incorporarles solamente agua de manera comedida.
Es un error tratar de forzar el crecimiento cuando una planta está en periodo de descanso.
Todo lo que conseguiremos será un ejemplar larguirucho, con hojas pálidas y pequeñas, porque los residuos de nutrientes no utilizados se acumulan alrededor de las raíces y la perjudican.
Cualquier planta que haya sido trasplantada en compost nuevo, tendrá abono suficiente durante bastante tiempo.
A grandes rasgos se podría decir que un compost con base de tierra negra conservará sus nutrientes naturales hasta casi 12 semanas, mientras que uno con base de turba es probable que se agote después de seis o siete semanas.
Pasado este tiempo hay que incorporarles el fertilizante más adecuado para el tipo de especie del que se trate.
En el caso de las plantas recién compradas, conviene fertilizarlas una semana después de su adquisición.
Seguramente, los nutrientes de su compost estarán ya agotados cuando la planta llegue a casa, pero es mejor esperar unos días antes de comenzar con su abonado.
Los primeros síntomas de que una planta necesita fertilizante extra son la aparición de hojas más pequeñas y sin vida y tratándose de especímenes de hojas veteadas.
El crecimiento de las hojas sin las manchas características. En cualquiera de estos casos hay que abonarla enseguida.
No obstante, no debemos esperar ningún milagro: los fertilizantes son un alimento para la planta, y no una medicina.
Antes de comenzar un programa de fertilización, hay que comprobar que no sean otras las causas que provoquen que la planta no responda de la forma adecuada.
Los tres elementos básicos que una planta necesita son: Nitrógeno, Fósforo y Potasio. En éste cuadro se puede ver que papel juega cada elemento.