Farolitos - Farolito japonés -Candilitos chinos
Este es un arbusto muy resistente, de crecimiento rápido y de floración profusa.
Pertenece a la familia de las Malváceas y es originaria de las regiones tropicales y subtropicales de América Central y del sur.
Tiene las ramas ligeramente arqueadas y finas.
Forma una mata abierta de ramas delgadas y ligeramente arqueadas, capaz de alcanzar una altura de algo más de 2 m cuando se cultiva en suelo.
Aunque en un contenedor mantiene un tamaño más comedido es perfecta para crecer en una maceta.
Es ideal para regiones con temperaturas anuales suaves, en este caso se puede mantener de forma permanente en el exterior.
Es en los climas templados donde se puede valorar su largo periodo de floración, ya que se prolonga desde que comienza la primavera hasta la llegada del otoño.
Produce flores grandes, abiertas, acampanadas, de unos 7,5 cm de diámetro, de color anaranjado, rosa o amarillo, con un gran estambre dorado en el centro.
Cada flor dura sólo un par de días en la mata, pero se producen en una sucesión constante.
Necesita emplazamientos de pleno sol para florecer con copiosidad, aunque también tolera una situación de semi-sombra, pero en todo caso siempre resguardada del viento fuerte.
Es sensible a los cambios bruscos de temperatura, con los que reacciona con la caída de las flores y las hojas.
Durante el periodo de crecimiento activo y floración, debemos aportarle regularmente un poco de abono al menos una vez al mes.
Durante el invierno puede perder totalmente el follaje que volverá a aparecer en la siguiente temporada.
Cuando finaliza su periodo vigoroso es conveniente practicarle una poda para mejorar su apariencia y que se forme de modo compacto.
La poda se utiliza principalmente para controlar su crecimiento y porte, sobre todo si está en una maceta u otro contenedor donde conviene moderar su tamaño.
Es posible que con el frío intenso el Abutilon pierda gran parte de sus hojas, incluso todas aunque resiste heladas suaves, pero se irá recuperando, adquiriendo un mejor aspecto a medida que se alargan los días y éstos van siendo más cálidos.
En climas muy fríos es preferible colocarla en un lugar bien resguardado durante el invierno, o bien tratarla como una planta anual.
Se debe cambiar la maceta a una mayor en primavera, y sólo hasta que el ejemplar alcance el tamaño que deseamos, después, únicamente se cambia la parte superficial del sustrato por uno nuevo.
La multiplicación se realiza muy fácilmente por medio de la plantación de semillas.
Se debe mantener una temperatura entre los 22 y 24ºC hasta la germinación, que se produce en unos 10 días.
También se puede desarrollar nuevas plantas mediante esquejes a principios de la primavera.
Pertenece a la familia de las Malváceas y es originaria de las regiones tropicales y subtropicales de América Central y del sur.
Tiene las ramas ligeramente arqueadas y finas.
Forma una mata abierta de ramas delgadas y ligeramente arqueadas, capaz de alcanzar una altura de algo más de 2 m cuando se cultiva en suelo.
Aunque en un contenedor mantiene un tamaño más comedido es perfecta para crecer en una maceta.
Es ideal para regiones con temperaturas anuales suaves, en este caso se puede mantener de forma permanente en el exterior.
Es en los climas templados donde se puede valorar su largo periodo de floración, ya que se prolonga desde que comienza la primavera hasta la llegada del otoño.
Produce flores grandes, abiertas, acampanadas, de unos 7,5 cm de diámetro, de color anaranjado, rosa o amarillo, con un gran estambre dorado en el centro.
Cada flor dura sólo un par de días en la mata, pero se producen en una sucesión constante.
Necesita emplazamientos de pleno sol para florecer con copiosidad, aunque también tolera una situación de semi-sombra, pero en todo caso siempre resguardada del viento fuerte.
Es sensible a los cambios bruscos de temperatura, con los que reacciona con la caída de las flores y las hojas.
Durante el periodo de crecimiento activo y floración, debemos aportarle regularmente un poco de abono al menos una vez al mes.
Durante el invierno puede perder totalmente el follaje que volverá a aparecer en la siguiente temporada.
Cuando finaliza su periodo vigoroso es conveniente practicarle una poda para mejorar su apariencia y que se forme de modo compacto.
La poda se utiliza principalmente para controlar su crecimiento y porte, sobre todo si está en una maceta u otro contenedor donde conviene moderar su tamaño.
Es posible que con el frío intenso el Abutilon pierda gran parte de sus hojas, incluso todas aunque resiste heladas suaves, pero se irá recuperando, adquiriendo un mejor aspecto a medida que se alargan los días y éstos van siendo más cálidos.
En climas muy fríos es preferible colocarla en un lugar bien resguardado durante el invierno, o bien tratarla como una planta anual.
Se debe cambiar la maceta a una mayor en primavera, y sólo hasta que el ejemplar alcance el tamaño que deseamos, después, únicamente se cambia la parte superficial del sustrato por uno nuevo.
La multiplicación se realiza muy fácilmente por medio de la plantación de semillas.
Se debe mantener una temperatura entre los 22 y 24ºC hasta la germinación, que se produce en unos 10 días.
También se puede desarrollar nuevas plantas mediante esquejes a principios de la primavera.