Fitonia
Las bonitas hojas de intenso color de la Fitonia y su forma redondeada resaltarán maravillosamente tanto si se coloca sola, como reunida en grupo junto a otras plantas.
Es una planta pequeña, ornamental, muy atractiva, ideal para lugares algo umbríos, donde muchas otras no podrían vivir ella estará muy cómoda.
A la sombra de ejemplares más altos es una buena ubicación para cultivarla, aunque hay que entender que cuanto más disfrute de una abundante luz, más profundo será su color.
Las Fittonias son plantas procedentes de las selvas tropicales de Perú, Brasil, Ecuador y Colombia, donde gozan de una humedad casi permanente.
La necesidad de humedad es básica en estas plantas, hay que regarla de forma profusa, pero sin llegar a encharcar el sustrato.
Si la tierra se seca del todo aunque sólo sea por un corto periodo, las hojas se marchitarán y no se recuperan.
En verano hay que rociarla diariamente con agua que no contenga cal y ligeramente templada. Se le debe proporcionar toda la humedad ambiental posible.
Una buena forma de hacerlo es vaporizando la planta y la zona de su alrededor o colocar otras plantas a su alrededor.
El lugar donde esté ubicada tiene que ser cálido y sin grandes oscilaciones, soporta una temperatura de hasta 27 ºC pero nunca hay que exponer esta delicada planta al sol de manera directa.
En esta planta, como en general a todas las plantas de interior, no conviene situarlas en lugares donde haya peligro de corrientes de aire.
Cuando se percibe que sus hojas se arrugan es un síntoma claro de sequedad en el entorno de la planta.
Las raíces de la Fitonia no son nada desmedidas, muy al contrario son finas, así que se puede cultivar en un recipiente que no sea demasiado profundo.
El cambio de maceta se puede realizar cada dos o tres años. Para mantenerla compacta y con una bonita forma redondeada hay que cortar los extremos de los tallos con unas tijeras afiladas, esto refuerza el crecimiento y la mantiene muy tupida.
Las hojas amarillas o secas se deben eliminar, quedan muy poco estéticas y son un foco propicio para la aparición de enfermedades.
Los esquejes de Fittonia arraigan con mucha facilidad y resulta muy sencillo hacerse con nuevos ejemplares.
En primavera o verano se cortan tallos de unos diez centímetros, dejando sólo unas hojas en el extremo del tallo, se plantan en un sustrato liviano y se colocan en un lugar cálido y húmedo.
También se puede dividir la mata para obtener más plantas. Si utilizamos hormonas en los extremos de los esquejes, enraizará con más facilidad y bastante antes.
Las flores se abren en verano, brotan de una pequeña vara en forma de espiga, son muy pequeñas de color crema, pero sin ningún valor estético y no añaden belleza a la planta.
Las espigas florales es mejor eliminarlas, porque restan nutrientes a lo realmente importante que es el follaje.
Es una planta pequeña, ornamental, muy atractiva, ideal para lugares algo umbríos, donde muchas otras no podrían vivir ella estará muy cómoda.
A la sombra de ejemplares más altos es una buena ubicación para cultivarla, aunque hay que entender que cuanto más disfrute de una abundante luz, más profundo será su color.
Las Fittonias son plantas procedentes de las selvas tropicales de Perú, Brasil, Ecuador y Colombia, donde gozan de una humedad casi permanente.
La necesidad de humedad es básica en estas plantas, hay que regarla de forma profusa, pero sin llegar a encharcar el sustrato.
Si la tierra se seca del todo aunque sólo sea por un corto periodo, las hojas se marchitarán y no se recuperan.
En verano hay que rociarla diariamente con agua que no contenga cal y ligeramente templada. Se le debe proporcionar toda la humedad ambiental posible.
Una buena forma de hacerlo es vaporizando la planta y la zona de su alrededor o colocar otras plantas a su alrededor.
El lugar donde esté ubicada tiene que ser cálido y sin grandes oscilaciones, soporta una temperatura de hasta 27 ºC pero nunca hay que exponer esta delicada planta al sol de manera directa.
En esta planta, como en general a todas las plantas de interior, no conviene situarlas en lugares donde haya peligro de corrientes de aire.
Cuando se percibe que sus hojas se arrugan es un síntoma claro de sequedad en el entorno de la planta.
Las raíces de la Fitonia no son nada desmedidas, muy al contrario son finas, así que se puede cultivar en un recipiente que no sea demasiado profundo.
El cambio de maceta se puede realizar cada dos o tres años. Para mantenerla compacta y con una bonita forma redondeada hay que cortar los extremos de los tallos con unas tijeras afiladas, esto refuerza el crecimiento y la mantiene muy tupida.
Las hojas amarillas o secas se deben eliminar, quedan muy poco estéticas y son un foco propicio para la aparición de enfermedades.
Los esquejes de Fittonia arraigan con mucha facilidad y resulta muy sencillo hacerse con nuevos ejemplares.
En primavera o verano se cortan tallos de unos diez centímetros, dejando sólo unas hojas en el extremo del tallo, se plantan en un sustrato liviano y se colocan en un lugar cálido y húmedo.
También se puede dividir la mata para obtener más plantas. Si utilizamos hormonas en los extremos de los esquejes, enraizará con más facilidad y bastante antes.
Las flores se abren en verano, brotan de una pequeña vara en forma de espiga, son muy pequeñas de color crema, pero sin ningún valor estético y no añaden belleza a la planta.
Las espigas florales es mejor eliminarlas, porque restan nutrientes a lo realmente importante que es el follaje.