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Ficus


Ficus de interior - Página 1  

Ficus significa -higo- en latín. De este género se conocen más de 900 especies que pertenecen a la familia Moraceae.

Las diferentes variedades pueden ser de hojas perennes o caducas, con un porte arbustivo, trepador e incluso árboles de un gran tamaño.

Proceden de las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo; continente americano, regiones tropicales y del sur de África, Australia, Asia y diversa islas del Pacífico.

Las plantas pertenecientes a este género se adaptan muy bien al clima mediterráneo. Es estas regiones se las puede ver comúnmente en jardines públicos, llegando a alcanzar alturas considerables.

Son bien conocidos por lo llamativo, los enormes troncos y raíces que forman algunas de las especies que conforman el grupo.

Numerosas especies de Ficus se encuentran entre las más empleadas en la horticultura ornamental. Estas son plantas de crecimiento rápido, y casi todas se prestan bien para ubicarlas en habitaciones muy luminosas.

Cuando los Ficus adquieren un porte medio se pueden plantar en el exterior y a pleno sol, pero si se han cultivado en interior o a la sombra, siempre es mejor que se acostumbre a la nueva situación, colocándolo bajo los rayos de sol durante unas horas al día antes de plantarlo definitivamente en un lugar soleado.

Los riegos deben ser abundantes en verano, humedeciendo las hojas con frecuencia. En invierno regar sólo de forma moderada para mantener el sustrato levemente húmedo. Se abonan cada quince días en el periodo de máximo crecimiento.

Uno de los Ficus más utilizados en interior es el Ficus pumila, tanto en su variedad de follaje totalmente verde como la variegata o variegada.

Pero a su vez es también la más delicada, una falta de agua de un par de días puede acabar con la planta irremediablemente.

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Ficus binnendijkii 'Alii'
Ficus cyathistipula
Ficus deltoidea





Ficus Amstel King
Ficus benjamina
Ficus benjamina Varieg.



       





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Plantas de interior fáciles


Relación de las plantas de interior de cultivo más sencillo

Hay una gran cantidad de plantas de interior que son fáciles de cuidar, aunque a veces vemos que muchas de ellas no prosperan bien en nuestros hogares.

En la mayoría de las ocasiones es debido a la falta de humedad ambiental, o bien que la ubicación que hemos elegido no es la más adecuada para ese ejemplar.

Uno de los errores más comunes que solemos cometer y que las plantas odian, es el cambio de emplazamiento una vez que ya están habituadas.

Para las plantas en general supone estrés y un esfuerzo enorme adaptarse a un sitio nuevo, aunque el cambio sea sólo de un par de metros de la ubicación anterior, aunque a nosotros nos parezca que la cantidad de luz es la misma, la planta notará el cambio.

Ese gesto en apariencia insignificante, puede hacer que el ejemplar comience a perder gran parte de sus hojas, o dejar de crecer.

Si es necesario cambiarla de lugar, las primeras semanas del cambio hay que observar que el ejemplar crece con normalidad, este será un claro síntoma de que la hemos colocado en un buen sitio.

Si no tenemos demasiado tiempo para dedicarles o estamos empezando en este gratificante mundo de las plantas.

Lo mejor es comenzar con ejemplares que sean fáciles, bien sea porque no necesiten demasiados cuidados o que nos permitan algún descuido en el riego.

Si queremos poner una planta resistente en un lugar con poca claridad, este conjunto de plantas son sin duda de las más fáciles para interior.

Todas admiten situaciones de cierta penumbra, además de ser las mejores para principiantes.




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Cyanotis
Aglaonema
Alocasia
Asparagus
Aspidistra



Beaucarnea
Dieffenbachia
Dracaena
Dypsis
Fatshedera



Zamioculca
Tradescantia
Schefflera
Saxifraga
Polyscias



Hedera
Monstera
Sansevieria
Scindapsus
Spathiphyllum



Bromelias
Cissus
Ficus
Philodendron
Peperomia





Norma sencillas válidas para plantas en interior:



• Mantenerlas alejadas de las corrientes de aire.

• Cuanto más desarrollado sea un ejemplar mayor será su resistencia.

• Dejar que se aclimate al lugar elegido para la planta, y si pasado un tiempo no prospera habrá que situarla en otra ubicación más lumínica.

• Regar el sustrato con moderación pero humedecer regularmente su entorno.

• Las hojas si se mantiene limpias lucirán más lustrosas, sanas y alejadas de enfermedades.

• Los ejemplares de gran tamaño no necesitan de trasplantes anuales.

En su caso bastará con cambiar dos dedos desustrato viejo de la superficie por un nuevo.







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Scindapsus pictus


Scindapsus pictus 'Argyraeus' - Epipremnum aureum - Pothos aurea

Pothos plateado - Potos satinado


Es una preciosa y magnífica trepadora de tallos flexibles que se tornan rojizos con la edad, éstos pueden llegan a medir más de 2 m de longitud si le dejan crecer.

Es una especie que procede de Java y Borneo. Pertenece a la extensa familia de las Araceae.

El follaje posee unos peciolos cortos, las hojas con terminaciones puntiagudas tienen forma de corazón y son ligeramente aterciopeladas.

Lo más llamativo del follaje son las curiosas manchas en tonos plateados muy característicos, especialmente relevantes cuando la planta es joven.

Las hojas de las plantas adultas van adquiriendo con el tiempo tonalidades azuladas. Requieren una buena cantidad de luz para favorecer los matices y cantidad de dibujos sobre las hojas, pero no los rayos directos del sol.

Una escasa luminosidad hará que pierda o que produzca pocos dibujos tan típicos de sus hojas.

Es preferible cultivarla en interior con abundante luz suavemente matizada, resulta muy decorativa si se la deja crecer de forma colgante.

Para que crezca de forma erguida será necesario colocarle una guía o tutor al que inicialmente hay que sujetar sus tallos, luego ella misma se irá aferrando ya que esta planta produce numerosas raíces aéreas.

Florece de forma temprana, produciendo una bráctea blanca en la punta de una espiga verde, aunque es realmente difícil que lo haga en interior, incluso en un invernadero.

Es bastante más delicada que el Pothos, necesitando más humedad ambiental y requiere tener siempre el sustrato moderadamente húmedo.

Las hojas es mejor no mojarlas, ya que las gotas de agua pueden provocarle manchas antiestéticas. Para limpiarla se debe pasar sobre las hojas un pincel muy suave y seco.

Para garantizarle un entorno húmedo es muy útil colocar debajo de la maceta un plato o bandeja lleno de guijarros humedecidos.

Cuando las hojas nacen pequeñas o con mucha distancia unas de otras, es muy probable que la planta necesite ser abonada.

Si se desarrolla de forma desproporcionada es conveniente cortar los extremos de los tallos para que crezca más compacta.

Esta planta no soporta el frío ni las corrientes de aire, ante estas situaciones es muy sensible.



En cuanto a la propagación se realiza de la misma manera que el Pothos, por fragmentos de la punta de un tallo de unos 12 o 15 cm, cortando justo por debajo de un nudo de la hoja.

Arraigan sin ningún problema manteniendo los esquejes en un vaso con agua durante unos días, o bien plantados directamente en una maceta con sustrato.

De cualquiera de las formas que utilicemos para su multiplicación veremos como las raíces aparecerán en muy poco tiempo.

Se consigue muy buenos resultados si se utiliza hormonas de enraizar sobre los extremos cortados de los tallos, pero no es imprescindible.

La propagación puede llevarse a cabo en cualquier época del año si se mantienen con calor, pero resultará más seguro en los meses más cálidos.





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