Sinonimia: Bromelia pyramidalis - Bilbergia -
Esta Billbergia de espectaculares flores, además de derrochar belleza se adapta sin esfuerzo a los ambientes de interior.
Esta especie es originaria de las selvas húmedas del sur de México y norte de Argentina.
Las Billbergia pertenecen a la familia de las Bromeliaceae, apreciadas por su buena facilidad de cultivo y sus singulares floraciones.
A diferencia de otras Bromelias, que generalmente crecen en recodos y huecos de las ramas de los árboles, este grupo incluye varias especies entre las que se encuentra esta planta que prospera perfectamente en tierra.
Posee una roseta compuesta por grandes láminas anchas que se superponen y conforman un embudo de brillante hojas de color verde fresco, ligeramente arqueadas acabadas en punta y los bordes aserrados.
La cavidad que forman las hojas a modo de copa, se encarga de retener el agua caída de la lluvia en su lugar de procedencia.
Cuando la cultivamos en casa hay que mantener siempre este receptáculo con un poco de agua, preferiblemente que no contenga cal.
Cada tres semanas se debe añadir unas cuantas gotas de fertilizante al agua de esa cavidad.
El agua puede permanecer siempre en ese depósito, pero hay que cambiarla una vez al mes, de lo contrario despedirá un olor desagradable.
El largo tallo floral de color blanco tiene falsas hojas o brácteas, de color rojizo en su cúspide, de donde emerge una gran inflorescencia que alberga flores de tonalidad carmín y puntas violeta.
En interior hay que colocarla en una posición muy luminosa, humedeciendo de vez en cuando el follaje.
En periodos de calor desmesurado es bueno humedecer las hojas regularmente, de paso, se mantiene el entorno fresco y húmedo.
El ácaro rojo suele atacar a las plantas que se desenvuelven en ambientes secos y muy calurosos.
En cuanto a su disposición al aire libre es mejor que el lugar esté algo protegido y el sol directo suavemente matizado, o bien una posición de sombra luminosa o semi sombreada.
Siguiendo con la característica de esta familia, una vez agotada la vida de la floración comienza el declive de la planta.
Lamata poco a poco se irá apagando hasta morir, no si antes dejar un nutrido grupo de nuevos brotes a su alrededor.
No es una planta para cultivar a la intemperie en regiones de inviernos rigurosos, so pena que se cambie a un lugar más templado hasta la llegada de la primavera.
Resulta realmente común que la planta produzca varios retoños a su alrededor, de los que se puede emplear para originar nuevos ejemplares.
Es preferible que al separar los vástagos de las plantas maduras lleven alguna porción de raíces, cuantas más porten más facilidad de arraigo tendrán.
Esta operación conviene realizarla en primavera, aprovechando que las temperaturas son más estables y cálidas.
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