Ruibarbo gigante - Gunera
Algunos ejemplares de esta especie rizomatosa son capaces de originar hojas del tamaño de un hombre.
Este curioso atributo es lo que hace especialmente llamativa a la ruibarbo gigante.
Esta espectacular herbácea es oriunda de Brasil donde progresa en zonas pantanosas, riachuelos o estanques. Está ampliamente difundida por buena parte de Sudamérica.
Su desmesurado tamaño es un factos determinante para que se la emplee principalmente en jardines de grandes dimensiones.
La necesidad imperiosa de humedad ambiental y de un clima moderado hace que esta planta sea oportuna para cultivar en un jardín de naturaleza tropical
En su etapa joven puede progresar en una maceta grande sin inconvenientes, pero al crecer hay que pensar en pasarla al suelo antes que acabe por caer al suelo si es sacudida por un golpe fuerte de aire.
Pese a que se emplea en ocasiones como planta d e interior, no es ese su mejor emplazamiento; una terraza o patio con una orientación poco soleada será más adecuada y conveniente para esta planta.
En la condición de estar confinada en un contenedor sus medidas serán siempre más comedidas, sin embargo, en el caso de instalarla en algún alojamiento cubierto o semi cubierto será un buen amparo ante las situaciones más frías del año.
Cuando se encuentra en el jardín hay que condicionar los riegos en función de la temperatura, así, a más temperatura, riegos más copiosos y regulares; lo mismo sucede si se halla en una posición muy soleada.
Nunca le debe faltar humedad en el suelo, ya que es una planta que se encuentra feliz en zonas cercanas al agua, como estanques, arroyos o albercas.
El follaje surge de los rizomas y está sostenido por unos peciolos de impresionante robustez, necesarios para resistir la envergadura de las hojas.
Éstas son de fresco color verde, redondeadas, con profundas divisiones, bordes dentados y nervios bien evidentes.
La textura de las hojas en el haz es muy áspera y rugosa, el envés está cubierto de espinas al igual que toda la superficie de los gruesos peciolos.
Hacia finales de la primavera aparece las diminutas flores de color verdoso que surgen por cientos en grandes conos castaños.
Es posible que con la llegada del frío la planta pierda la totalidad de su parte aérea.
No obstante no hay que preocuparse, ya que mientras los rizomas subterráneos no sufran la dureza de las heladas surgirán nuevos brotes al final del invierno.
Para propagarla de manera doméstica es preferible emplear el método de división de sus enormes rizomas, que resulta sencillo y muy efectivo.
La utilización de semillas es un procedimiento algo complejo, destinado a los más experimentados.
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