Sinonimia: Tecoma brycei
Bignonia de Zimbabue
Esta es una fascinante enredadera de crecimiento vigoroso, que la convierte en una perfecta escaladora para cubrir vallas, pérgolas, pequeños muros o cualquier otro medio.
Es originaria del sur de África y posee una llamativa analogía con la Podranea ricasoliana.
Pertenece a la abundante familia de las Bignoniaceae.
Su cultivo no presenta dificultades importantes y ofrece una floración llamativa además de considerable.
Posee tallos delgados capaces de alcanzar bastantes metros, pero carece de zarcillos con los que poder asirse, de forma que hay que ir asegurando los tallos sobre la estructura de crecimiento.
Sus flores nacen agrupadas en grandes manojos sueltos, éstas son grandes y de forma acampanada de color rosa más o menos intenso, con cinco lóbulos redondeados que se retraen hacia atrás, rayas en la garganta de potente tonalidad rosa y fuerte pilosidad en su interior.
En regiones que gozan de un clima templado se puede disfrutar de esta bignonia con floraciones intermitentes a lo largo del año, incluso en invierno.
No obstante los periodos anuales fríos hace que pierda todo el follaje, pero no hay que preocuparse porque se renueva con la llegada del buen tiempo de la estación primaveral.
Necesita que se la ubique en situaciones bien soleadas para que florezca con abundancia y regarla con frecuencia pero sin excesos.
No es bueno que el suelo permanezca demasiado tiempo empapado, las plantas bien desarrolladas toleran periodos cortos de sequía.
No es exigente en cuanto al tipo de suelo, simplemente deben desaguar bien para que el agua no se estanque.
Las plantas mantenidas en contenedores requieren de una fertilización regular ya que su crecimiento tan activo requiere de muchos nutrientes, por ello no conviene descuidar el abonado.
Se debe podar anualmente acabado su periodo activo, y de manera severa cuando su crecimiento escape de control.
El parecido con su pariente la Podranea ricasoliana es asombroso. Las pocas diferencias notables entre ambas especies se encuentran en la garganta de las flores.
En el caso de la P. ricasoliana la pilosidad en esa zona es escasa o carece de ella, mientras que en la P. brycei es muy notable su presencia.
Otra distinción entre estas especies se percibe en las hojas: la P. ricasoliana posee hojas con bordes dentados y en la P. brycei los bordes son lisos.
Se propaga mediante semillas o esquejes, fórmulas más sencillas, pero incluso es posible hacerlo a través de acodos.
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