Hebe verde - Veronica
Se trata de un arbusto de naturaleza perenne y tamaño bastante moderado.
Una de las cualidades es precisamente su tamaño que la hace perfecta para cultivar en contenedores pequeños y disponerla en terrazas soleadas, rocallas y jardines de condición limitada.
Este magnífico híbrido enano de follaje espeso que se utiliza en jardinería de manera aislada o formando un conjunto decorativo.
Pertenece a la familia de las Scrophulariaceae, compuesta principalmente por plantas herbáceas, muchas de ellas medicinales.
La mayor parte de especies que forman este género son oriundas de Nueva Zelanda y otras tantas de Australia y Papúa.
Configura montículos pequeños y redondeados de poca altura, alcanza una elevación de apenas unos cuantos centímetros.
Su numeroso ramaje crece erguido de manera igualada y denso, las ramas se cubren de hojas de reducido tamaño que confieren a la mata un carácter muy ornamental.
Los cuidados que requiere son realmente elementales, bastará con emplazarla en un lugar soleado y regarla regularmente, de modo más copioso en periodos de calor y más comedido el resto del tiempo.
Aunque le gusta el sol se acomoda bien a las ubicaciones sombreadas.
El suelo es preferible que se mantenga moderadamente húmedo, sin excesos, pero bien drenado. Las plantas adultas toleran sin problemas sequías eventuales.
Además de su bajo mantenimiento es de elogiar su buena adaptación a los ambientes salinos, por lo que es adecuada para jardines costeros.
Las hojas son muy pequeñas y nacen enfrentadas, tienen forma de lanza, brillantes y de color verde intenso.
Florece entre mediados de la primavera hasta mediados del verano, consta de racimos de insignificantes flores de color blanco, pero no aportan atractivo alguno a la planta.
Es bastante común que la floración no se presente o lo haga muy escasamente.
En interior es casi imposible que prospere ya que requiere de algo de sol y aire libre, todo lo más que se puede hacer es colocarla en una habitación por unos cuantos días y luego devolverla al exterior.
En zonas de inviernos severos la mata necesitará de cierta protección.
El frío puede hacer que pierda el follaje, pero si las raíces se hielan el ejemplar morirá.
La división de la mata en primavera es la fórmula más sencilla de propagarla.
Los esquejes de tallo durante el verano enraízan con facilidad.
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