Sinonimia: Haemaria discolor - Goodyera discolor
Orquídea joya
Procede de una amplia zona que abarca países como China, Tailandia, Indonesia, Borneo o Filipinas.
Es de naturaleza perenne y produce tallos con inclinación postrante, gruesos y cobrizos que alcanzan los 70 cm de talla.
Esta es una orquídea de hábito terrestre de un gran valor ornamental que le confiere su follaje de aspecto aterciopelado, prestándose de modo singular para adorno de interior.
Los requisitos para que prospere en interior no son excesivos, pero sí obligatorios.
Comenzando por el principal requisito, la humedad ambiental, hay que valorar que esta especie procede de lugares boscosos, cercanos a ríos donde la humedad es abundante y permanente.
Esta consideración es suficiente para entender que es indispensable aportarle por cualquier medio toda la humedad posible .
En cuanto a la claridad debe ser intensa pero ligeramente matizada, el sol de la mañana es muy favorable, no así el de las horas centrales del día.
A esto se puede añadir que el emplazamiento debe ser cálido y libre de corrientes de aire.
Si la iluminación es en todo momento demasiado potente puede causar una decoloración en las hojas, retomará su bella tonalidad una vez se emplace en un lugar con menos luz, pero sin que llegue a la penumbra.
Hacia finales del verano surge una larga vara floral erguida, carnosa, cubierta de finos pelillos y de grueso calibre capaz de sostener la abundancia de inflorescencias que se desarrollan hacia el extremo del tallo, éstas son pequeñas de color blanco y con una deliciosa fragancia.
Cada flor por sí misma es poco valorable dado su escaso tamaño, pero el conjunto de las inflorescencias y su prolongada duración (hasta tres semanas) hacen esta planta muy estimable.
De todas formas a diferencia del resto de orquídeas, esta se valora más por su follaje que por la floración.
Las hojas son elíptico-lanceoladas, de entre 7 y 10 cm de longitud, con una superficie de tacto suave en un tono verde muy oscuro con visos rojizos, las venas son de color rojo o anaranjado.
El sustrato debe conservarse con una cierta humedad constante durante todo el año y una humedad ambiental alta.
Es mejor no humedecer el follaje, ya que si el agua persiste sobre las hojas producirá unas manchas blanquecinas causadas por la cal disuelta y otras sales difíciles de eliminar.
Para abonarla hay que utilizar un fertilizante hidrosoluble propio para orquídeas; también es importante utilizar un sustrato para este tipo de plantas a la hora de trasplantarla o propagarla.
Se propaga mediante esquejes, no resulta complicado que enraícen en poco tiempo si se mantienen en una zona cálida.
Es de naturaleza perenne y produce tallos con inclinación postrante, gruesos y cobrizos que alcanzan los 70 cm de talla.
Esta es una orquídea de hábito terrestre de un gran valor ornamental que le confiere su follaje de aspecto aterciopelado, prestándose de modo singular para adorno de interior.
Los requisitos para que prospere en interior no son excesivos, pero sí obligatorios.
Comenzando por el principal requisito, la humedad ambiental, hay que valorar que esta especie procede de lugares boscosos, cercanos a ríos donde la humedad es abundante y permanente.
Esta consideración es suficiente para entender que es indispensable aportarle por cualquier medio toda la humedad posible .
En cuanto a la claridad debe ser intensa pero ligeramente matizada, el sol de la mañana es muy favorable, no así el de las horas centrales del día.
A esto se puede añadir que el emplazamiento debe ser cálido y libre de corrientes de aire.
Si la iluminación es en todo momento demasiado potente puede causar una decoloración en las hojas, retomará su bella tonalidad una vez se emplace en un lugar con menos luz, pero sin que llegue a la penumbra.
Hacia finales del verano surge una larga vara floral erguida, carnosa, cubierta de finos pelillos y de grueso calibre capaz de sostener la abundancia de inflorescencias que se desarrollan hacia el extremo del tallo, éstas son pequeñas de color blanco y con una deliciosa fragancia.
Cada flor por sí misma es poco valorable dado su escaso tamaño, pero el conjunto de las inflorescencias y su prolongada duración (hasta tres semanas) hacen esta planta muy estimable.
De todas formas a diferencia del resto de orquídeas, esta se valora más por su follaje que por la floración.
Las hojas son elíptico-lanceoladas, de entre 7 y 10 cm de longitud, con una superficie de tacto suave en un tono verde muy oscuro con visos rojizos, las venas son de color rojo o anaranjado.
El sustrato debe conservarse con una cierta humedad constante durante todo el año y una humedad ambiental alta.
Es mejor no humedecer el follaje, ya que si el agua persiste sobre las hojas producirá unas manchas blanquecinas causadas por la cal disuelta y otras sales difíciles de eliminar.
Para abonarla hay que utilizar un fertilizante hidrosoluble propio para orquídeas; también es importante utilizar un sustrato para este tipo de plantas a la hora de trasplantarla o propagarla.
Se propaga mediante esquejes, no resulta complicado que enraícen en poco tiempo si se mantienen en una zona cálida.
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