Sinonimia: Hemigraphis colorata - Hemigrapis
Es una herbácea vivaz y perenne, cuyo lugar de origen se encuentra en los bosques húmedos de la India y Malasia, pero se puede encontrar en otras partes de los trópicos.
Es fundamentalmente una planta con un carácter muy ornamental, merced al atractivo colorido metálico de su follaje, capaz de atraer la atención donde se encuentre plantada.
Es una buena planta para un jardín sombrío e interiores frescos.
Esta especie está emparentada con la familia Acanthaceae que reúne a un sinfín de plantas muy representativas en la generalidad de los jardines de todo el mundo.
La mata muestra todo su esplendor postrándose en el suelo cuando se la cultiva con este procedimiento, o bien dejando sus tallos suspendidos desde una maceta o cesta colgante.
Posee hojas ovaladas, acorazonadas en su base y el ápice terminado en punta, con bordes festoneados y que nacen enfrentadas.
La superficie de las hojas son rugosas, las venas acentuadas y bien evidentes; dependiendo de la variedad se pueden localizar en una gran cantidad de matices que van desde el plateado, ocre, pasando por el verde metálico o el cobrizo.
Los delgados tallos y los peciolos son de un intenso color púrpura, al igual que el envés de las hojas.
Las flores en forma de campana se presentan en espigas cortas y de colores poco vistosos, blancas o blancas violáceas.
El limitado interés de las flores unido a su exiguo tamaño hace que sean escasamente significativas en el ornamento de la planta.
Sin embargo, todo el atractivo está cimentado en la fascinante coloración metálica de sus hojas, que a todas luces destacará de manera brillante combinada con otras plantas de follaje verde.
Por lo general no alcanza una altura superior a los 20 cm, aunque puede extenderse de manera muy dilatada en el suelo dado su naturaleza rastrera; si no se le pone coto puede resultar un tanto invasora.
Su cultivo no entraña demasiados problemas ya que crece fácilmente con un mínimo de cuidados, únicamente cabe destacar que necesita de manera regular temperaturas cálidas y una cuota de humedad ambiental lo más elevada posible.
Se beneficia notablemente al follaje con pulverizaciones frecuentes con agua ligeramente atemperada.
Es importante emplear un sustrato poroso, que permanezca húmedo sin compactarse y no permitir nunca que éste llegue a secarse por completo o dañará las hojas.
Ese caso puede acabar secando los bordes de las hojas afeando el ejemplar; algo similar le sucede con el aire y los ambientes secos.
Una tendencia común en todos los miembros de esta especie es la pérdida de las hojas inferiores, por lo que los tallos tienden a quedarse desnudos y la mata queda desproporcionada.
Por tanto, es aconsejable reproducirla periódicamente para obtener plantas jóvenes con abundante follaje.
El procedimiento es muy simple, basta plantar varios esquejes en una maceta con un buen sustrato con base de turba levemente humedecida. Los esquejes tienen una asombrosa facilidad para enraizar en los nudos del tallo.
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