Philodendron Imperial Red - Philodendron Imperial Green
Philodendron Imperial Rojo - Philodendron Imperial Verde
Es un género muy amplio que incluye, según se ha reconocido, por lo menos 700 especies, que a buen seguro el número es mayor de lo registrado.
Esto se explica porque el hábitat de muchas de estas plantas es tan extenso que es complejo evaluar las variedades locales.
debido al dimorfismo entre el estado juvenil y la planta adulta es tan considerable que a menudo se clasifican como plantas distintas.
Otros muchos componentes que surgen a través de la hibridación pasan a formar parte como nuevos elementos del grupo.
Este es el caso del Philodendron Imperial 'Red' y del Philodendron Imperial 'green', son híbridos comerciales cuyas especies paternas no se conocen.
Es probable que sean del cruzamiento de más de una especie, lo que sí se puede decir es que pertenecen a la vasta familia de las Araceae.
Todas las especies son originarias de zonas tropicales y subtropicales, principalmente de América.
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Son muchas las especies de Filodendros utilizados como plantas ornamentales de interior; todas ellas despliegan su belleza básicamente a través de sus atractivas hojas, que por lo general gozan de un gran tamaño.
Ambos híbridos son plantas perfectas para interior, tanto para un a habitación luminosa como para una terraza cerrada o galería.
Tienen un hábito de crecimiento vertical, no trepador, tanto una como otra presentan hojas muy grandes, lustrosas y extraordinariamente decorativas.
La floración es semejante a lo acostumbrado por el género, esto es: una espata blanquecina (en ocasiones con tintes rojizos) con un espádice central de color cremoso.
Cultivadas en jardines es natural que produzcan floraciones anuales, pero en interior rara vez lo hacen.
Son plantas muy agradecidas, a poco que se les preste una mínima atención en cuanto a sus necesidades de humedad ambiental unida a una iluminación correcta y ellas responderán con un desarrollo exuberante.
Durante el periodo que abarca su crecimiento más activo, que por lo general comprende desde el inicio de la primavera hasta la llegada del frío.
Hay que alimentarlas con un fertilizante líquido equilibrado. Lo normal es hacerlo cada dos semanas y que sea especial para plantas de interior o para plantas verdes.
Para no pasarse en la dosis correcta es preferible aplicar una cantidad menor que la indicada en la etiquetas por el fabricante.
Es bueno examinar de tanto en tanto las hojas por el envés y la base del tallo o tallos para comprobar que no está siendo invadida por ninguna plaga, como pulgones, cochinilla, o arañas, algo frecuente si el cultivo es deficiente.
No suelen necesitar de una luz muy intensa, pero les conviene una cantidad razonable de luz difusa, nunca hay que exponerlas a la luz directa del sol.
Aunque la intensidad del sol invernal es de baja intensidad y puede beneficiarle por cortos periodos.
Pese a ser plantas resistentes y toleran la falta de luz, si ésta es demasiado escasa o débil las hojas pueden resultar afectadas en su tonalidad, además de disminuir su tamaño de forma gradual.
Hay que regarlas con bastante frecuencia en verano y más escasamente en invierno, vigilando siempre que tengan una humedad ambiental lo más elevada posible.
Para incrementar dicha humedad en verano es beneficioso humedecer las hojas con asiduidad, eso sí, haciéndolo con agua atemperada y que no contenga cal o dejará unas antiestéticas manchas sobre las hojas.
Para mantener el brillo y que luzcan sanas hay que pasar una esponja humedecida en agua sobre las hojas de tanto en tanto.