Áster de Escocia
Género de alrededor de 200 especies de la familia Asteraceae, de las que existen una gran cantidad de variedades con diversos tamaños y coloración de flores.
Son plantas vivaces con hojas alternas, simples, enteras o dentadas, con tamaños que oscilan entre los 20 cm y más de 1 m de altura.
El centro de la flor es siempre amarillo con una mayor o menor intensidad, y los pétalos pueden localizarse desde el color blanco al violeta, pasando por el rojo, rosa, azul o violeta.
Las flores de este género tienen el aspecto típico de la margarita. Entre todas las variedades encontramos un sinfín de diversas especies.
Además de los nuevos híbridos, de las cuales las hay que florecen en primavera, verano e incluso en otoño, proporcionando al jardín un rico y alegre colorido.
La época natural de floración del Áster de Escocia se presenta entre finales del verano y el otoño, pero es obligado destacar que si realizamos plantaciones sucesivas de modo intercalado, obtendremos floraciones continuadas durante meses.
El Áster de Escocia es una planta perenne y herbácea, natural del Norte y Centro de América.
Las hojas nacen alternas, lanceoladas, acuminadas, dentadas de 5-15 cm de longitud y de color verde oscuro.
Este grupo de plantas son realmente agradecidas, originando una gran riqueza de flores con muy pocas atenciones.
Todos los integrantes de este género de plantas se adaptan fácilmente a cualquier tipo de tierra de jardín que sea medianamente buena.
Las plantas se mantienen más compactas si se despuntan con cierta regularidad, con ello también se estimula la creación de flores, prolongando la época de floración.
El cultivo de los Aster se debe realizar en lugares lo más soleados posible, sobre todo en las zonas de clima más fresco. En espacios sombríos apenas florecen.
En las regiones donde en verano las horas centrales del día el sol es demasiado fuerte, se deben plantar en semi-sombra.
si se cultivan en jardineras o macetas se tendrá que proteger en estas horas del exceso de sol. Son plantas muy rústicas, no soportan el exceso de agua, salvo en el momento de máxima floración.
Es entonces es cuando los riegos han de ser más abundantes y regulares, pero sin permitir que el sustrato se sature o permanezca encharcado.
Cuando los Áster están cultivados en contenedores hay que procurar que los agujeros de drenaje desalojen bien el agua sobrante.
Resulta oportuno ir eliminando las flores a medida que se van marchitando para que no afeen al conjunto.
Cuando lleguen los primeros fríos se le puede realizar una buena poda, aunque por lo general se la trata como anual.
En general, todas las variedades de Áster necesitan propagarse por división cada año.