Tajinaste blanco
Echium fastuosum ➤ Echium wildpretii
Es una especie propia de las Islas Canarias, representa un símbolo y una figura natural en los entornos de la isla de Gran Canaria.
Es en esta Isla, donde la Echium decaisnei se encuentra ampliamente distribuida en grandes espacios donde crece de manera agreste gracias a su robustez, se encuentra sobre todo en las laderas rocosas y acantilados.
De manera popular se conoce este Echium con el nombre de Tajinaste blanco por el color de las flores.
Es un componente de la familia de las Boraginaceae.
Las plantas de este género son plantas herbáceas en las que algunas especies pueden sobrepasar los 3 metros de altura.
Es un arbusto recio, leñoso y muy ramificado, que establece una mata espaciosa y redondeada, llegando a sobrepasar los 2 m de altura y casi lo mismo en anchura.
Se mostrará como una espléndida planta en cualquier jardín de clima templado, con apenas unos escasos cuidados mostrará un bello efecto ornamental.
El Tajinaste blanco tiene una inmejorable disposición para cultivarse en zonas ajardinadas donde se fracasa con otras plantas por estar muy cerca del mar o por tener suelos pobres.
Es una de las plantas que tolera como ninguna las condiciones más severas.
Resulta muy atractiva cuando está en flor, además de por su forma y coloración de su follaje.
Posee hojas largas y estrechamente lanceoladas, de color verde oscuro, de hasta 15 cm de longitud, unas diminutas púas cubren en su totalidad la cara superior, incluidos los bordes, por el envés se hace más evidente el nervio central.
Las numerosas inflorescencias son de gran tamaño y se presentan en forma cónica, muy amplia en su base, con una densa cantidad de pequeñas flores muy interesantes y vistosas.
La corola de las flor es de color blanco con nerviaciones azules o moradas, igualmente existen formas de flores en tonalidades azules y rosadas.
La floración se origina generalmente en el mes de marzo, pero nos puede sorprender además, con nuevas floraciones en otros periodos del año.
Necesita de exposiciones bien soleadas durante todo el año para florecer con profusión.
Esta planta, una vez establecida, requiere de riegos bastante escasos, una demasía de agua perjudica a la planta pudriendo sus raíces.
En verano hay que regarla cuando sea evidente que el suelo se encuentra seco, en invierno demanda los riegos muy de tarde en tarde.
Evoluciona correctamente en suelos medianamente áridos, pobres y con buen drenaje.
Después de florecer, hay que eliminar todos los restos secos tanto de sus cabezas florales como de hojas o tallos.
Es beneficioso para la planta que tras la floración se le practique una ligera poda.
Se reproduce con relativa facilidad mediante semillas.