Perpetua - Amaranto globoso
Es una planta anual erecta, que alcanza hasta los 30 cm de altura y está encuadrada dentro de la familia de las Amaranthaceae.
Su distribución natural se encuentra relacionada en diferentes países del Centro y Sur de América como: Panamá, Guatemala o Brasil.
Su moderado tamaño hace de la Perpetua una planta muy adecuada para los bordes o los alrededores de plantas más altas.
Se muestra como una planta de una excelente condición para cultivarla, dado lo fácil que resultan sus atenciones, llegando incluso a tolerar algún descuido en el riego.
Hay que añadir el enorme contraste tan vistoso que forman sus hojas con la tonalidad potente de sus flores.
Generalmente se utiliza de manera indistinta tanto para maceta como para suelo de jardín.
La Perpetua llama la atención, sobre todo por sus flores, que brillan como si estuviesen barnizadas y conservan la intensidad del color incluso cuando se encuentran ya secas.
La valiosa particularidad de no perder su forma globosa ni la intensa coloración de sus flores una vez se han secado, hace que se utilicen ampliamente en la realización de centros decorativos.
Tienen las hojas opuestas, de color verde vivo, ovaladas, estrechas, de 6 a 10 cm de largo, con una especie de diminuta y densa vellosidad blanquecina que va escaseando a medida que la planta envejece.
Disfruta de un largo periodo de floración que comienza desde finales de la primavera hasta principios del otoño. Los capítulos florales aparecen en tallos erguidos bien en solitario o en grupos.
Las flores en realidad son tremendamente pequeñas, tienen forma de trompeta y se encuentran en el interior de un armazón redondo cubierto de brácteas.
Poseen una forma globosa muy llamativa, según las variedades podemos encontrarlas en color blanco, rosa, rojo o en el color más frecuente violeta púrpura.
Cada tres semanas y durante el verano es eficaz abonarla con bajas dosis de fertilizante líquido añadido al agua de riego.
Aunque es una planta que tiene cierta resistencia a la sequía, es mejor proporcionarle un riego regular aunque no excesivo.
No exige suelos fértiles, es capaz de crecer en suelos bastante pobres.
En algunos países los nativos emplean el líquido de las flores hervidas para diferentes trastornos o dolencias físicas.
Entre finales del invierno o el inicio de la primavera, se puede iniciar la siembra de las semillas para obtener nuevos ejemplares, mejor hacerlo cuando haya pasado el peligro de heladas.
En general las semillas no generan ningún problema para germinar y lo hacen en unas dos semanas.
Su distribución natural se encuentra relacionada en diferentes países del Centro y Sur de América como: Panamá, Guatemala o Brasil.
Su moderado tamaño hace de la Perpetua una planta muy adecuada para los bordes o los alrededores de plantas más altas.
Se muestra como una planta de una excelente condición para cultivarla, dado lo fácil que resultan sus atenciones, llegando incluso a tolerar algún descuido en el riego.
Hay que añadir el enorme contraste tan vistoso que forman sus hojas con la tonalidad potente de sus flores.
Generalmente se utiliza de manera indistinta tanto para maceta como para suelo de jardín.
La Perpetua llama la atención, sobre todo por sus flores, que brillan como si estuviesen barnizadas y conservan la intensidad del color incluso cuando se encuentran ya secas.
La valiosa particularidad de no perder su forma globosa ni la intensa coloración de sus flores una vez se han secado, hace que se utilicen ampliamente en la realización de centros decorativos.
Tienen las hojas opuestas, de color verde vivo, ovaladas, estrechas, de 6 a 10 cm de largo, con una especie de diminuta y densa vellosidad blanquecina que va escaseando a medida que la planta envejece.
Disfruta de un largo periodo de floración que comienza desde finales de la primavera hasta principios del otoño. Los capítulos florales aparecen en tallos erguidos bien en solitario o en grupos.
Las flores en realidad son tremendamente pequeñas, tienen forma de trompeta y se encuentran en el interior de un armazón redondo cubierto de brácteas.
Poseen una forma globosa muy llamativa, según las variedades podemos encontrarlas en color blanco, rosa, rojo o en el color más frecuente violeta púrpura.
Cada tres semanas y durante el verano es eficaz abonarla con bajas dosis de fertilizante líquido añadido al agua de riego.
Aunque es una planta que tiene cierta resistencia a la sequía, es mejor proporcionarle un riego regular aunque no excesivo.
No exige suelos fértiles, es capaz de crecer en suelos bastante pobres.
En algunos países los nativos emplean el líquido de las flores hervidas para diferentes trastornos o dolencias físicas.
Entre finales del invierno o el inicio de la primavera, se puede iniciar la siembra de las semillas para obtener nuevos ejemplares, mejor hacerlo cuando haya pasado el peligro de heladas.
En general las semillas no generan ningún problema para germinar y lo hacen en unas dos semanas.