Equinácea - Rudbeckia purpurea
Está integrada dentro de la familia de las Asteraceae. Es una planta natural de Norteamérica, donde crece en llanuras, praderas y colinas secas.
Sus grandes flores son parecidas a las margaritas, los pétalos pueden ser de color rosa, blanco o púrpura y el disco central elevado con forma cónica.
Tienen un largo periodo de floración , comienza a florecer a inicios del verano y continúa hasta la entrada del frío otoñal. Las flores atraen a las mariposas de manera numerosa.
Sus necesidades de cultivo son modestas, por ello merece a pena su cultivo.
Produce un efecto muy hermoso cuando se planta sobre una superficie bastante grande.
Generalmente las variedades altas tienden a inclinarse, por ese motivo es recomendable hacer las plantaciones relativamente densas para mantenerlos erguidos atándolos.
Todas las variedades se utilizan o bien solas o bien mezcladas en asociaciones con casi tosas las vivaces incluso con otras plantas
Son amantes de las situaciones a pleno sol, aunque esta variedad tolerará aceptablemente una ubicación de semi-sombra.
Se pueden reproducir con mucha sencillez por división de mata en primavera u otoño, y por semillas en primavera. Las plantas obtenidas por medio de semillas generalmente tardan un par de años en florecer.
La importancia de esta planta radica principalmente en el uso que de ella se hace dentro de la medicina natural, utilizada ya por los indios americanos desde hace siglos.
Cuando es ingerida en infusión estimula nuestro sistema inmunológico, creando una mayor capacidad para combatir las infecciones.
Por su gran eficacia se puede decir que es un estimulante de las defensas, y por ello, una alternativa natural de los antibióticos para el tratamiento de infecciones.
La razón de esta propiedad se debe a su capacidad para estimular el sistema inmunitario, produciendo más glóbulos blancos.
Igualmente se ha comprobado su poder para estimular la producción de interferón, una proteína que el propio organismo produce para neutralizar los virus.
Su papel como estimulador del sistema inmune es muy útil para el tratamiento de enfermedades de carácter infeccioso y repetitivo como consecuencia de un organismo que posee pocas defensas.
El zumo fresco de la planta o la tintura aplicada sobre los problemas de la piel ayuda a la curación de los mismos, favoreciendo su cicatrización y evitando que se infecten.
Está comprobado científicamente las admirables propiedades terapéuticas de esta planta.
Entre las diversas aplicaciones y usos se encuentran afecciones tales como la faringitis, herpes, orzuelos, infecciones de oído, así como otras enfermedades de tipo antibacteriano, las de tipo invernal y los procesos infecciosos, ya sean éstos sistémicos o superficiales.
