Indicaciones básicas para cuidar plantas de interior
Las plantas que se utilizan para la decoración de interiores, crecen de forma natural en determinados lugares del mundo, con una climatología suave, una formidable humedad y con muy pocos cambios climáticos a lo largo del año.
Para no errar en el cultivo de las plantas de interior lo mejor es crear las condiciones más cercanas que gozarían en su hábitat natural.
Las siguientes consideraciones en el cultivo de las plantas de interior, pueden ayudar a no cometer ciertos errores que pueden afectar a su desarrollo, principalmente si se trata de plantas delicadas.
Observaciones generales
Distintas a las de exterior - A diferencia de las plantas de jardín, las de interior no tienen ciclos activos e inactivos tan estrictos y muchas no se toman un periodo de descanso invernal, de hecho, algunas continúan con su crecimiento aunque de forma más pausada.
Condiciones primordiales - Los ambientes cargados de humo, poco ventilados, o la falta de humedad, son condicionantes favorables para los parásitos microscópicos como el oídio.
Siempre que se pueda hay que ventilar bien las estancias donde tengamos plantas.
Humedad ambiental - Hay que entender que las plantas de interior son en su mayoría tropicales y en su origen disfrutan de una humedad considerable y temperaturas cálidas.
Por eso se hace imprescindible en periodos de calor humedecer el ambiente que rodea a las plantas de interior, pero esto hay que hacerlo varias veces al día debido a que la humedad se evapora rápidamente.
Riegos - El agua del grifo se trata con productos químicos como el cloro o el flúor para nuestra seguridad, sin embargo a la mayoría de las plantas de interior no les gusta demasiado.
Una buena idea es dejar agua en un recipiente abierto durante al menos 24 horas antes de utilizarla para el riego.
¿Cuanto regar? - Casi todas las plantas de interior necesitan tener un sustrato húmedo durante los períodos de crecimiento activo.
Pero no hay reglas fijas, porque cada situación es diferente debido a las variaciones de temperatura, la especie, si está en pleno crecimiento, la ubicación, el tamaño de la planta y su contenedor, etc.
Es cuestión de aprender las necesidades de nuestras plantas.
Abonado - Nunca hay que abonar una planta recién replantada, el nuevo sustrato tiene suficientes nutrientes.
Alimentar en exceso una planta daña seriamente las raíces por quemaduras. Se debe esperar al menos un mes antes de comenzar con la fertilización.
Fuera hojas y flores secas - Todo tejido vegetal seco se convierte en un caldo de cultivo de enfermedades y atrae a los insectos.
Inmediatamente que una hoja o flor se seque es conveniente eliminarla de la planta, ya que bajo condiciones de calor y humedad los hongos se desarrollan con rapidez.
Ubicación - Uno de los mayores errores que se cometen con frecuencia y apenas reparamos en ello, es que las plantas de interior odian que las muevan.
Por lo general ante un cambio de ubicación la planta puede detener su crecimiento o perder gran parte de su follaje.
Algunas plantas con flor pueden negarse a seguir floreciendo y no abrir los botones florales por un simple giro del contenedor.
Plantas nuevas - Una planta recién comprada puede resultar un problema, porque en ocasiones son ellas las que traen insectos o enfermedades a casa infestando a las que ya tenemos.
Este punto se puede evitar inspeccionando el nuevo ejemplar a fondo y dejándolo apartado de las otras plantas durante unos días.
Señales que se han de buscar antes de comprar una planta:
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Hojas con manchas marrones, agujeros, o picadas: son signos seguros de infestación de plagas o enfermedades.
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Los insectos en cualquier parte del ejemplar. Llevar una planta infestada atacará también a otras.
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Hojas cubiertas de un polvillo blancuzco, es síntoma de la agresión de oídio. No comprarla aunque su precio sea de ocasión.
- Un moho gris (Botrytis) en cualquier parte de la planta es una razón de peso para no comprarla. Es uno de los problemas más graves porque se propaga.
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