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Pieris japonica


Andrómeda japónica - Pieris


Este género al que también se le conoce con el nombre de Andrómeda, está formado por arbusto de generalmente poco desarrollo, si bien muchos de ellos pueden alcanzar alturas considerables de entre 6 o 7 m según su zona de origen.

Se trata de arbustos de crecimiento lento, pero rústicos, resistentes y atractivos.

Pertenecen a la familia de las Ericaceae, que agrupa a un considerable número de plantas adaptadas a terrenos pobres y ácidos.

Este Pieris es un arbusto originario de Japón y en su mayor desarrollo alcanzará a lo sumo 4 m de alto.

Las hojas disfrutan de una naturaleza duradera, tienen forma lanceolada o estrechamente ovaladas, pueden medir hasta 8 cm de longitud.

Tienen los bordes ligeramente dentados, de color verde oscuro y brillante por el haz y verde azulado en su envés.

Los nuevos brotes son verdaderamente atractivos y aportan gran viveza a la planta gracias a la coloración rojo anaranjado que pasa por el rosa pálido y que mantiene durante bastante tiempo.

Las flores son de color blanco crema o rosáceas, de pequeño tamaño con la corola globosa, colgantes, agrupadas en largas panículas ramificadas.


Uno de los grandes problemas que nos podemos encontrar a la hora de cultivar este género es que no soportan la presencia de cal en el suelo (calcífugas) es como se denominan a las plantas que no pueden prosperar en suelos calizos.

No obstante eso tiene fácil solución, sólo se trata de cambiar toda la zona de terreno de componente calizo por un sustrato ácido, de esta forma se podrá cultivar plantas con tal necesidad.

Tras esta operación, podrá vivir y desarrollarse perfectamente y proporcionar una bella nota de color al jardín o terraza donde se encuentre plantada.

La Andrómeda japónica es un arbusto que puede coexistir muy bien en asociación con otras plantas de sus mismas características en jardines en los que viven Rododendros, Ericas, Camelias y demás plantas que son eminentemente de condición calcífugas.

El sustrato tiene necesidad de riegos regulares pero no excesivamente copiosos.

Respecto a la orientación, por lo general se halla más a gusto en emplazamientos de semi-sombra que a pleno sol; hay que tener en cuenta que son plantas típicas de sotobosques no muy tupidos.


No requiere ningún tipo de poda u otras actuaciones por parte del cuidador, únicamente la supresión de las flores marchitas, que contribuirán notablemente a una mejor producción.

La multiplicación mediante semilla es lenta, ya que el crecimiento de la planta los primeros años es realmente escaso; de seguirse este procedimiento, la siembra debe efectuarse en primavera y bajo cristal.

El método más eficaz es el practicado a través de esquejes en verano, aunque el acodo también se puede practicar.

Los esquejes deberán tener una longitud de entre 10 a 15 cm de longitud y serán tratados con hormonas de enraizamiento para favorecer la aparición de raicillas con rapidez.




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