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Cistus x purpureus


Jara púrpura - Jara - Cistus

Cistus salvifolius



La alrededor de veintena de especies que constituyen esta decorativo grupo de plantas además de sus híbridos, son atractivos arbustos de hermosas flores ideales para el jardín.

Este es un arbusto enano que está integrado dentro de la familia Cistaceae.

Las Cistus son originarias del sur de Europa, Islas Canarias y algunas islas del Mediterráneo, donde el clima es muy soleado.

Al proceder de regiones donde no se dan las temperaturas bajas en invierno y menos aún las heladas, es difícil que se adapten a estas situaciones.

Por contra, es resistente a los ambientes salinos que se dan en los jardines que están en las cercanías al mar.

Es idónea tanto para evolucionar en maceta o suelo, especialmente en suelos calizos. No se acomoda en absoluto a los espacios de interior.

La Jara púrpura es una interesante planta de hoja perenne que acostumbra a formar matas amplias y de moderada altura.

De adulta se transforma en una increíble exhibición de flores desde el mes de mayo hasta el de julio y ocasionalmente hasta finales del verano.

Desarrolla una espléndida mata cuya floración es similar a las rosas simples.

Las flores miden unos 5 cm de diámetro de color rosa, con pétalos de aspecto arrugado con una mancha de color burdeos hacia el centro y estambres amarillos.

Además del rosa es posible encontrar la variedad de floración blanca.


Cada flor tiene una vida breve, dado que sólo permanece unas horas en la mata, pero aparecen en masa y de forma constante.

Tolera la sequía y se desarrolla bien en los suelos pobres o difíciles, por lo que requiere de muy poco abonado, con alimentarla escasamente cada tres o cuatro semanas.

Necesita muy poca poda, pero los tallos que han sido dañados por la acción de las bajas temperaturas, se deben cortar para que la planta se recupere antes de la primavera.

El recorte o poda hay que realizarla apenas haya pasado el riesgo de que suceda alguna helada.

Las ramas que hayan sufrido de heladas se tornarán negruzcas y quebradizas, incluso con hojas secas.

Con la poda se puede aprovechar para cortar los brotes desordenados, especialmente en las plantas jóvenes.

Esa acción ayudará a que la planta adquiera una forma arbustiva y de buen porte.

Sin embargo, cuanto más envejezca la planta menos soportará las podas severas.



Durante el invierno, los principales problemas los constituyen las fuertes heladas y los vientos muy fríos, y si eso se añade a un compost saturado de agua, puede provocar la muerte de las raíces.

La mejor forma de propagarla resulta de tomar esquejes y plantarlos durante los meses de julio y agosto.

Se eligen trozos de un os 10 cm de largo de brotes de la planta que hayan desarrollado ese mismo año, eliminando las hojas inferiores e introduciéndolos en un sustrato rico en cal.

El empleo de semillas es otra opción también muy válida e igual de sencilla.





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