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Odontonema strictum


Odontonema


Es una especie integrada dentro de la familia Acanthaceae. En su lugar de origen se la puede encontrar en áreas abiertas y semi-boscosas de diversos países tropicales Centroamericanos, primordialmente de México.

Es un arbusto de envergadura mediana y de hoja perenne, con unas espléndidas ramas de crecimiento erguido.

Se manifiestan de forma muy extendida sobre la zona de cultivo, llegando a alcanzar casi los dos metros de altura y prácticamente lo mismo en anchura.

Esta planta es capaz de exhibir un volumen considerado si se le da espacio suficiente en el suelo del jardín.

Se puede adecuar para formar barreras separadoras en jardines espaciosos, o luciendo de manera solitaria.

Cuando se cultiva en un contenedor su medida siempre es mucho más moderada y proporcional, configurando una mata más compacta pero igual de fascinante y que no superará el metro de altura.

Produce una generosa cantidad de hojas grandes, simples, de aspecto elíptico, con un peciolo corto y que están organizadas una frente a la otra, son de color verde brillante y penetrante que se van oscureciendo a medida que envejecen.

Los nervios secundarios están visiblemente destacados, los bordes de la hoja forma una tenue ondulación y rematan en una punta alargada, miden entre 6 y 12 cm de longitud.

La singular floración sobresale por encima de la mata y se presenta al final del verano o ya comenzado el otoño.

Están compuestas de largas espigas cubiertas en su extremo de manera espesa de flores tubulares de color rojo profundo.

La apariencia de las flores es bastante peculiar y poseen un aspecto ceroso.

La estructura de la flor con su alargada garganta, está oportunamente ajustada para el largo pico de los colibríes y su dulce néctar tan apetitoso para ellos, que hace irresistible su presencia.

La ubicación para su cultivo en regiones con veranos de calor severo conviene que sea en una zona de sombra muy luminosa o de semi-sombra.


Es primordial tener en cuenta que esta planta requiere de una buena dosis de humedad en su entorno, practicando riegos frecuentes y abundantes en el periodo estival, para que mantenga fresco y húmedo el sustrato.

El suelo hay que conservarlo húmedo y bien nutrido, aportando un fertilizante líquido cada diez días en el periodo de crecimiento y floración, o añadirle un abono de disolución lenta al inicio de la temporada.

La Odontonema si no está suficientemente establecida no tolerará la sequía, la falta de humedad en el sustrato aun por un periodo corto de tiempo puede arruinar su desarrollo.

De todas formas, tampoco las plantas maduras tienen gran resistencia a la falta de agua.

Se trata de una planta de carácter perenne, pero en las regiones de inviernos rigurosos se puede comportar como una anual, perdiendo toda la parte aérea en situaciones de bajas temperaturas persistentes.

Por esa causa debe ser protegida del frío penetrante o muy prolongado, así como de las heladas.

Aunque pierda todas sus hojas a causa del frío retomará su crecimiento en la temporada siguiente.

Al inicio de la primavera es provechoso practicarle una poda más o menos intensa, dependiendo del crecimiento disperso de la temporada anterior.

En todo caso, un recorte sobre las ramas favorece la producción de nuevos brotes y mejorará la cuota de floración.

La propagación de la Odontonema se realiza en primavera y se muestra aceptablemente fácil por el método de tomar esquejes de madera blanda, a los que se le puede ayudar a enraizar untando los extremos seccionados con hormonas, antes de plantar.

Generalmente puede comenzar a florecer desde el primer año de su plantación.





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