Bambú sagrado
En jardinería está considerado como un magnífico arbusto ornamental, que da una bonita pincelada de color en cualquier zona del jardín que se le coloque, sobre todo en periodo invernal.
Reúne un sinfín de buenas cualidades como son su capacidad y resistencia a las bajas temperaturas, así como la facilidad para su mantenimiento y ser adecuado tanto para su cultivo en jardines, formando setos o macizos bajos, además de en macetas y jardineras en su etapa joven.
Consigue una altura no demasiado elevada ya que no suele alcanzar ni los 2 m de altura, en cambio, el crecimiento en anchura puede igualar en tamaño a su altura.
Se puede encontrar también variedades enanas en distintas alturas. Tiene un desarrollo de comportamiento redondeado y compacto.
Posee numerosos tallos que crecen desde la base, cubiertos de hojas lanceoladas, de maravillosos colores brillantes que va cambiando a lo largo del año y que pasa del verde suave durante la primavera a un rosa intenso en otoño y se van tornando rojo escarlata en invierno.
Necesita lugares con abundante luz, en regiones de climas moderados puede permanecer todo el año en exposiciones soleadas, para zonas de veranos demasiado cálidos es mejor ubicarla en emplazamientos de semi-sombra o sombra.
En verano es el momento en que tiene lugar la floración, son de color blanco y muy pequeño tamaño, están agrupadas en grandes panículas de inflorescencias en el extremo de los tallos.
Origina a finales del otoño unos pequeños frutos esféricos de tamaño similar al de una canica, de color rojo brillante que hace a la planta muy decorativa.
Los frutos generalmente permanecen en la planta hasta la llegada de la primavera; estos frutos son tóxicos, hay que mantener cierto cuidado para que los niños no los manipulen.
Prefieren suelo preferentemente rico, fértil y bien drenado. Posee una buena resistencia ante las plagas y no suele ser atacada por ninguna importante.
Hay que regarla de manera generosa en verano para que el sustrato se conserve ligeramente húmedo, el resto del año de forma más moderada.
Agradece pulverizaciones de agua cada cierto tiempo si el clima es caluroso.
Conviene podarla de forma suave, principalmente para que mantenga una bonita forma y cortar los tallos que crezcan de forma desproporcionada.
La fórmula más fácil para propagarla, es separar los vástagos que aparecen en las plantas ya maduras.
También por medio de semillas, aunque con una progresión bastante lenta.
