Cuando deseamos decorar una zona de nuestra casa con algo natural casi siempre nos inclinamos a hacerlo con un jarrón o centro de plantas o flores.
Sin duda son hermosos,coloristas y desde luego estéticos, pero eso no debe desdeñar a los realizados con plantas suculentas.
Un centro decorativo puede estar formado por plantas con flores de animado colorido o compuesto por otras de variado y lozano follaje.
Para adornar una zona complicada del hogar por ser demasiado calurosa o soleada existe la opción de centros con plantas suculentas.
Esto es una excelente alternativa decorativa para el velador de una terraza, una galería, el cenador de un jardín o simplemente para una habitación soleada.
Los centros se pueden encontrar a la venta en tiendas de jardinería, realizados por profesionales expertos, pero con un precio notablemente elevado, mientras que si nos atrevemos a hacerlo nosotros mismos el precio variará en gran medida.
Pero lo más importante es que componerlo uno mismo le da peculiaridad al centro y satisfacción al que lo hace.
No es imprescindible comprar demasiadas suculentas para la composición.
Si ya tenemos algunas plantas suculentas en casa, se puede tomar pequeños esquejes de tallo o de hoja de los ejemplares que más nos guste para añadir al centro.
En este caso hay que dejar alrededor de una semana que los esquejes se sequen y formen callo antes de realizar el centro.
Los receptáculos de cristal semi-cerrados no son los más idóneos para las crasas ni para cactus, debido a que en las paredes se forman gotas de agua de la condensación, que luego resbalan hasta el sustrato saturándolo.
Los de barro son excelentes, aunque hay que dejarlos sumergidos en agua durante unas cuantas horas, con el fin de que no absorban después la humedad del sustrato.
El recipiente o cuenco siempre ha de tener un agujero de drenaje para eliminar el agua sobrante del riego.
En el orificio de la base se han de colocar unos cuantos cantos rodados grandes, de modo que eviten la salida del sustrato pero no del agua.
Toda vez que nos decidamos finalmente a su confección, solo queda hacernos con los elementos necesarios.
Se llena el recipiente elegido con sustrato para cactus o con una mezcla de sustrato normal con arena a partes iguales, la arena conseguirá un buen drenado.
Luego se colocan las pequeñas plantitas sobre el sustrato haciendo un ensayo de como quedarán al final.
Si ya tenemos claro la disposición de cada una, se sacan de su contenedor y se entierra el pequeño cepellón hasta colocar todas las plantas y esquejes que se desee.
Acomodado todo el conjunto y seguros de que no requerirá de más cambios, es el momento de ejercer cierta presión con los dedos sobre el sustrato con objeto de que queden bien asentadas todas las plantitas.
A continuación, cuando ya estén bien afirmadas en el receptáculo se van añadiendo los guijarros o piedrecitas decorativas, estas pueden ser de colorines, blancas o de color terroso.
Este paso hay que hacerlo con cierto tiento de modo que no quede ninguna hojuela oculta por los guijarros.
Acabado ya este paso se presiona de nuevo ligeramente sobre las piedrecitas.
Para eliminar las partículas de polvo o tierra que se han podido acumular en el arreglo hay que dar cortos soplidos para expelerlos.
Para finalizar se pulveriza agua sobre todo el centro, con ello se riega y se limpia a la vez.
Las Crasas tienen un sistema radicular muy fino, por lo que las plantas pueden permanecer varios años en el mismo recipiente.
El abonado debe ser algo apenas significante, en los meses de verano unas cuantas gotas de fertilizante para cactus cada tres semanas.
Es positivo regar con un pulverizador porque mantiene las plantas limpias, pero si se ensucian demasiado se puede pasar un pincel muy suave por encima.
No dejar nunca agua sobre las hojas y evitar mojar las plantas cubiertas de pelusa o finos pelillos.
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