Eichhornia crassipes
Jacinto de agua - Camalote - Taruya
Esta planta de raíces sumergidas forma pequeñas rosetas sin tallo de manera muy numerosa.
Existen zonas donde produce tal cantidad de grandes masas que flotan en la superficie con semejante frondosidad que no permite que canoas y otras embarcaciones puedan navegar.
También resulta una molestia para los pescadores de ríos o lagunas ya que su denso desarrollo no permite la pesca.
Pertenece a la familia de las Pontederiaceae, grupo que reúne plantas acuáticas o propias de humedales.
Este es un género que cuenta con una media docena de especies acuáticas de una excepcional floración.
El Jacinto de agua es oriundo de las regiones templadas y cálidas de América del Sur, donde prospera en hábitats acuáticos de agua dulce poco profundos.
A la hora de hacerse con un Jacinto de agua hay que ser consciente que deberá estar plantada en un pequeño estanque del jardín al que podamos controlar.
También se puede cultivar en algún tipo de cajonera apropiada para plantas acuáticas, fuentes, acuarios grandes, o cualquier otro espacio similar, pero siempre debe mantener acotada este Jacinto de agua.
Es bien fácil que la planta se escape al cultivo y acabe provocando un auténtico caos en el lugar de su cultivo.
Del fuerte rizoma que está sumergido se alza una especie de boyas flotantes que contienen tejidos rellenos de aire que son realmente las que hacen flotar la mata.
De cada una de estas boyas surge un limbo foliar grueso, redondeado o aovado de gran tamaño, de color verde intenso y muy lustroso.
Produce espigas erectas de flores de color lila desvaído, cada flor presenta en uno de sus seis alargados tépalos una mancha amarilla dentro de otra más grande de color azul.
La floración carece de perfume y se puede presentar durante todo el año, pero principalmente en época de verano y otoño.
La vida de las flores es bastante efímera y son tremendamente delicadas, sobre todo cuando se las manipula.
Es una planta de exterior que necesita de ubicaciones soleadas o semi-soleadas, no hay otros cuidados dignos de mención dado su carácter resistente y su buena capacidad para adaptarse al emplazamiento escogido.
Agradece pasar el invierno con temperaturas frías, aunque las heladas persistentes pueden ser el único inconveniente en su desarrollo, si se da este caso necesitará de protección, pero estando siempre en agua.
Su crecimiento a llegado a ser tan invasivo que incluso ha afectado a la navegación en algunos ríos, además hay que contar la dificultad que conlleva contener su crecimiento y con ello una colonización indeseada.
Esto es un mero apunte del peligro invasor que implica el cultivo sin control de esta bellísima pero problemática planta.
Por eso es una buena medida cultivarla siempre en zonas donde no se pueda escapar.
La reproducción no representa problema mediante la división del rizoma, aunque que ella misma se encarga de reproducirse muy rápidamente a través de sus rosetas laterales.
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