Anémona - Coronaria - Anémona de jardín
La Anémone coronaria es una planta herbácea, de pequeña altura y carácter perenne.
Tiene un origen mediterráneo y asiático, y está incluida en la familia Ranunculaceae.
Este género aporta un buen número de variedades para jardín.
Aunque en realidad su periodo de floración es la primavera, puede plantarse todo el año para tener una floración continua, pero los mejores resultados se obtienen cuando se planta en otoño.
El procedimiento de cultivo es el mismo, cualquiera que sea la estación del año que se realice.
Las hojas tienen aspecto de helecho, pero no poseen ninguna relevancia decorativa. Cada flor aparece al final de un largo tallo y justo debajo de ella un par de hojas hacen de base.
Las flores de esta especie se encuentran entre las más grandes del género y poseen una amplia gama de ricos colores, pasando del rojo al rosa, azul, lila o blanco.
Existen variedades de flores dobles, pero todas, tienen el centro de color negro coronado de numerosos filamentos cortos.
A la Anémona si se le busca un lugar protegido en una terraza o patio soleado, se puede disfrutar de sus flores durante semanas.
El riego escaso hace que las hojas y flores se marchiten, mantener la tierra saturada es igual de nocivo.
Hay que asegurase de que el sustrato se mantenga húmedo (pero no empapado) y abonar con un fertilizante líquido cada dos o tres semanas durante la época de crecimiento activo.
En cuanto aparecen las primeras yemas florales es especialmente importante comenzar con el abonado, hasta que concluya su ciclo vital.
El riego se reduce gradualmente cuando las flores se marchiten y, cuando muera el follaje, se interrumpe totalmente el riego.
Varias Anémonas de las misma especie en diferentes colores lucen particularmente atractivas en una maceta grande, de modo que hay que plantar los pequeños tubérculos con una separación de unos 10 cm.
Los rizomas pueden dejarse en el contenedor siempre que el sustrato permanezca totalmente seco hasta la siguiente temporada.
En regiones de clima frío estas plantas se tratan como anuales, debido a que es difícil que pasen el invierno, y se sustituyen cada año.
Para la propagación se puede dividir en otoño las raíces tuberosas, plantándolas en macetas individuales y tratándolas como plantas nuevas.
El método a través de semillas, ha de hacerse en el mes de febrero si se trata del hemisferio norte, dispuestas en bandejas que se cubren sólo ligeramente.
Cuando aparezcan las plántulas se van exponiendo gradualmente a una luz cada vez más intensa, hasta su ubicación final a pleno sol.
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