Dafne
Se trata de un arbusto de naturaleza siempreverde, de tamaño comedido ya que no supera en mucho el metro de altura.
Procede de regiones asiáticas de tanto de China como de Japón.
Produce una mata compacta, erguida, con un porte redondeado, pero ante todo esta planta se cultiva por la gran belleza de sus flores deliciosamente fragantes; de aroma dulce con un ligero toque de limón.
Pertenece a la familia de las Thymelaeaceae, compuesta principalmente por árboles y arbustos, aunque también incluye algunas herbáceas y trepadoras.
Se puede emplear como borde de frontera, en pequeños grupos o en una posición aislada, se manifiesta inmejorable para situar en una terraza soleada.
Su crecimiento es algo lento, pero acaba conformando una espléndida mata.
Cuando va a ubicarse en un jardín lo ideal es plantarla cerca de una zona de paso o cerca de la vivienda, es la mejor forma de poder disfrutar del delicado aroma que desprende su floración, más intensa al atardecer.
Posee una floración temprana que comienza a emerger antes de finalizar el invierno, incluso unas semanas antes si se encuentra en una región de clima cálido.
Las hojas son estrechas y largamente lanceoladas, brillantes, con los bordes irregularmente ribeteados de color amarillo cremoso.
Las hojas jóvenes gozan de una intensa tonalidad verde esmeralda que se va oscureciendo a medida que envejecen.
Las pequeñas flores están dispuestas en racimos densos que surgen en el ápice de los tallos.
Cada flor está formada por 4 lóbulos de color rosa pálido en su haz y rosa púrpura en el envés.
Otra variedad posee las flores blancas.
Su resistencia al frío es bastante débil, por este motivo necesitará de cierto abrigo ante el viento frío, sobre todo si se tiene que enfrentar a un invierno con bajas temperaturas, más aún si se trata de plantas jóvenes.
Una posición plenamente soleada sólo es posible en regiones de veranos suaves, en caso contrario es preferible colocarla en un punto de sombra parcial.
Se le debe proporcionar un suelo bien drenado, fértil y ligeramente ácido.
Conviene regarla regularmente de modo que el sustrato permanezca siempre con una cierta humedad.
El cambio de maceta sólo hay que hacerlo cuando sea estrictamente necesario, toda vez que las raíces colmen el contenedor, sólo entonces, este género no tolera demasiado bien que se manipulen sus raíces.
A la hora de realizar el cambio hay que tener preparado el material que se va a emplear, a fin de que la labor se realice en el menor tiempo posible.
Primero se riega bien el cepellón para que salga cómodamente del contenedor, luego se coloca en la nueva maceta, a continuación se rellena con sustrato fresco y se riega de nuevo.
En un par de semanas la mata estará totalmente asentada. La propagación se puede llevar a cabo mediante esquejes semi-maduros, esto se realiza en verano.
Otra opción es la división de la mata, guardando la misma diligencia con las raíces que con el cambio de contenedor.
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