Malvaviscus arboreus


Malvavisco - Falso hibisco - Sombrero de cardenal


Es un arbusto muy popular sobre todo en las regiones de clima mediterráneo, donde se utiliza en jardinería como planta ornamental, en esta zona es conocida la simpleza de sus cuidados con un desarrollo que apenas presenta problemas.

Un clima cálido es lo ideal para que evolucione y consiga una buena envergadura como sucede en su área de origen, una demarcación muy amplia que abarca desde el sudeste de Estados Unidos hasta Sudamérica.

Forma una mata muy ramificada que puede tener el mismo tamaño de alto como de ancho, su rápido crecimiento hace que adquiera una altura de unos 3 m en poco tiempo.

Las plantas bien establecidas soportan correctamente espacios prolongados sin riego, pero si se prolongan en exceso hará que el follaje presente mal aspecto.

Lo adecuado es regar toda vez el suelo se note seco, sin esperar a que esté desecado.

Está muy relacionada con el Hibisco con el que guarda un gran parecido, de hecho las flores de este arbusto parecen las de un Hibisco cuando se encuentran medio cerradas.

Ambos géneros comparten la misma familia de las Malvaceae y su cultivo también es muy semejante.

Todo el interés de esta planta radica en su largo ciclo de floración, puede decirse que florece prácticamente durante todo el año si se da el caso de que se desarrolla con temperaturas cálidas, es raro ver a la planta sin flores.

Las hojas nacen alternas y son largamente pecioladas, en ocasiones trilobuladas, anchas en su base y con los márgenes dentados.


El follaje tiene un carácter perenne pero lo perderá sin remedio en su totalidad si tiene que hacer frente a un invierno muy severo con heladas prolongadas.

Exhibe un color verde intenso en las hojas viejas, en cambio las nuevas se ven tiernas con una tonalidad esmeralda.

El alto contraste del color de las hojas y flores es muy atractivo.

Las flores del Falso hibisco nacen colgantes en las axilas de las hojas, poseen pétalos de color rojo intenso ligeramente curvados hacia la columna interna, los estambres sobresalen de la flores que permanecen siempre semi-cerradas.

Existe una variedad de floración de color blanco, si bien no es tan común como la roja.

Puede cultivarse en un contenedor si ningún tipo de problema, pero no prospera en interior.

Para que no le afecte tanto las bajas temperaturas se puede cultivar cerca de un muro o pared que le haga de amparo.


En el caso del calor sin embargo lo resiste sin problemas, especialmente las plantas adultas.

Ante ambientes muy calurosos los riegos deben ser asiduos y abundantes, el resto del tiempo moderados.

Le gusta las situaciones de pleno sol pero se acomoda bien en emplazamientos de sombra parcial.

Es muy útil practicarle una poda al finalizar el invierno que equilibre el crecimiento de la mata, a la vez que la fortalezca para su larga fase de floración.

Hacerse con nuevas plantas mediante esquejes no resulta nada difícil si se emplea un poco de hormonas, también se puede emplear semillas.





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