Muehlenbeckia complexa


Enredadera de alambre

Se trata de una planta de naturaleza semi-caduca, oriunda de Nueva Zelanda.

Es parte integrante de la familia Polygonaceae, que está ampliamente distribuidas en las regiones templadas y tropicales de todo el mundo.

Su crecimiento es vigoroso y su condición rastrera la hace ser una planta óptima y de amplia y rápida cobertura del suelo.

Aunque igualmente se manifiesta como una excelente planta para cubrir muros, rejas o paredes.

Con un soporte adecuado puede alcanzar un extenso volumen de hasta 4 m. Si se la establece de forma permanente en contenedores será más sencillo delimitar su crecimiento.

El curioso nombre por la que se conoce comúnmente a esta planta la describe muy bien, debido a la estructura de sus largos tallos, éstos son finos pero fuertes y tienen un color rojo purpúreo brillante.

Los tallos acogen una multitud de pequeñas hojas de perfil redondeado, de color verde intenso y brillantes, en ocasiones la orilla de las hojas están ribeteadas por una fina línea rojiza.

Es significativo su buena conducta para desarrollarse en jardines que estén expuestos a un alto grado de salinidad por su cercanía al mar, también es resistente al fuerte viento.

Cuando la planta es adulta disfruta de situaciones soleadas, pero tolera la sombra parcial.

Es una planta que para muchos puede resultar un problema a largo plazo, ya que tiene una tendencia innata a crecer de manera desproporcionada, sobre todo si se encuentra en una región de clima templado y no se la acota a tiempo.

Sus pequeñas hojas pueden hacer pensar que se trata de una planta de reducido crecimiento, pero en realidad se puede considerar como una planta invasora.

Su floración suele comenzar a mediados del verano y finaliza hacia finales de septiembre.

Las flores son realmente pequeñas, surgen agrupadas y son de color blanco amarillento. Es una planta dioica, es decir, las flores macho y hembra se encuentran en ejemplares deferentes.

Es tolerante con la sequedad del sustrato si es por cortos periodos, pero evoluciona mejor en suelos regados de manera abundante y regular, principalmente en el periodo estival.

Es adecuada para emplazarla en el interior, ofreciéndole un lugar bien luminoso, lo ideal es que esté lo más cerca posible de una ventana para que reciba la luz de forma directa, incluso algo de sol.

Requiere suelos bien drenados, algo ácidos y con una continua y moderada humedad.

Es interesante practicarle una poda más o menos rigurosa dependiendo de lo desequilibrado de su crecimiento.

Produce un fruto en bayas con forma globular, que contiene semillas negras. Se multiplica por semillas, en primavera.





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