Actualmente existen opciones que permiten combinar el mantenimiento de jardines bonitos y agradables con un uso responsable de agua.
Un buen diseño previo nos proporcionará orientación a lo largo de todas las fases de la creación del jardín y asegurará que las diferentes técnicas de ahorro de agua estén bien coordinadas y resulten eficaces.
Todo diseño debe comenzar por un cuidadoso reconocimiento de los rasgos del clima local y de las características ambientales del terreno con el que contamos.
Tendremos que identificar cuáles son las zonas más húmedas y las más secas, cuáles son las más soleadas o las más umbrosas, qué espacios se encuentran más expuestos al viento y cuáles están más resguardados.
Las zonas más soleadas (aquellas expuestas al sol de mediodía y al de la tarde) serán las más idóneas para las plantas que aprecian la luz y resisten mejor la sequedad.
Disponer barreras vegetales que sirvan de cortavientos o colocando árboles que proporcionen sombra en los puntos más soleados.
Las características del suelo condicionarán las especies de plantas que resultan viables y también influirán en el consumo de agua.
De hecho, la velocidad a la que se infiltra el agua en el suelo, así como la capacidad que éste tiene para retenerla dependen en buena medida de su textura.
La selección de las especies que plantemos en el jardín va a condicionar, no sólo la cantidad de agua consumida, sino también el mantenimiento que debamos realizar.
Además, determinadas plantas son especialmente exigentes en cuanto al aporte de nutrientes, plaguicidas, etc. generando un elevado consumo de estos productos.
Teniendo en cuenta esta gran variabilidad, podemos orientar nuestra elección hacia especies autóctonas, las cuales cuentan con la ventaja de que se encuentran totalmente adaptadas a las condiciones climáticas de la zona en la que vivimos.
Por otra parte, todas las especies que crecen en nuestro medio habitual van a ser mucho menos sensibles a plagas o enfermedades, ya que llevan mucho tiempo conviviendo con ellas y han desarrollado mecanismos de protección.
Sin ir más lejos, los árboles, arbustos y matas propios de la región mediterránea son ampliamente apreciados en jardinería por su belleza y sus aromas.
Se puede encontrar especies que requieren poco riego y están adaptadas a soportar períodos de sequía.
Conocer la vegetación de los espacios naturales y los terrenos incultos de nuestra comarca.
Se trata de un buen método para descubrir plantas autóctonas que pueden darse bien en nuestro jardín.
Es conveniente regar en las horas de menos calor; así se perderá menos agua por evaporación. Es preferible regar árboles y arbustos pocas veces aunque con generosidad.
Las plantas desarrollarán así mejor las raíces y se harán más resistentes a las sequías.
agua-dulce.org
Como bien mencionas es importantisimo ahorrar agua en nuestros jardines ya que se puede ser igual de eficiente con menos cantidad de agua.
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