Brighamia insignis


Olulu - Brighamia citrina

Esta hermosa planta forma parte de la familia Campanulaceae. Tiene su origen en las Islas Hawai y este el único país donde se la puede encontrar creciendo de manera natural.

Según dicen los expertos en este campo, estamos ante una especie en peligro de extinción, de la que hace unos cuantos años sólo quedaba un limitado número de ejemplares.

Se ha iniciado un programa cuya finalidad es tratar de llevar a cabo la comercialización de un significativo número de ejemplares.

Gracias a esa afortunada medida podemos encontrarla actualmente en bastantes viveros importantes.

Este género es así denominado en honor al investigador botánico William T. Brigham (1841-1926).

Posee un importante tronco tierno, suculento, sin ramificaciones, más ancho en su base, que se va haciendo más estrecho a medida que sube y alcanza la masa de hojas en la cúspide del tallo.

El tallo tiene una corteza tierna de coloración verdosa amarillenta que se va tornando agrisado, muy marcado por las cicatrices que van dejando las hojas al caer.

El follaje configura una especie de cresta densa, redondeada y armoniosa de hojas grandes, carnosas, de color verde intenso y brillantes.

A su vez poseen con un nervio central destacado y algo abultado, al igual que los nervios relacionados que están bien marcados.

Origina largos pedúnculos que surgen de entre las hojas y portan flores solitarias o un conjunto agrupado por dos o tres unidades.

Las flores son atrompetadas con un tubo largo, están formadas por 5 pétalos de color amarillo cremoso y levemente aromáticas. Florece entre los mese de septiembre y octubre.

En su lugar de origen evoluciona en zonas de salientes rocosos con poco suelo y de pocas precipitaciones anuales.

El principal problema que puede encontrarse a la hora de cultivar esta peculiar planta es que no resiste las temperaturas bajas, por lo que necesitará un lugar de abrigo en regiones con inviernos fríos.

Lo mejor es mantenerla en contenedores para facilitar el traslado de lugar para su amparo ante el frío.

Como planta cultivada en maceta resulta llamativa por su apariencia inusual.

En contenedor alcanzará un tamaño mucho menor que cultivada en suelo, generalmente cuando está acotada no excede de 1´5m de alto.

Es importante procurarle un suelo aireado con un buen drenaje y unos riegos muy moderados; el riego excesivo puede pudrir y matar a la planta causada por hongos.

Su grueso tronco suculento permite almacenar agua para los posibles periodos de sequía. Hay que situarla en un emplazamiento soleado, o al menos parcialmente soleado.

Para asegurar la floración es conveniente utilizar un fertilizante con un alto contenido en fósforo. Una vez que las hojas amarillean deben retirarse de la mata.

Origina unos frutos a modo de capsula de unos 2 cm de largo que portan numerosas semillas, requiere de la polinización manual para el desarrollo del fruto.





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