Tibouchina urvilleana


Planta de la gloria - Tibuchina

Se trata de un arbusto de envergadura mediana, con tendencia a tener un crecimiento en anchura bastante espacioso, aunque en altura puede alcanzar alrededor de los 2 m.

Es natural de Brasil y pertenece a la familia de las Melastomataceae.

Posee un porte erguido, moderadamente ramificado y hojas persistentes, muy adecuado para jardines de la costa Mediterránea con zonas protegidas del viento, donde puede crecer en plena tierra.

Es asimismo adecuada para interior, especialmente mientras la planta esté en su etapa joven y siempre que se le ofrezca un lugar bien luminoso y ventilado.

Es preferible en interior colocar a la Tibuchina delante de una ventana que oriente al oeste o al sur, tamizando con una cortina los rayos del sol del pleno verano.

La Tibuchina necesitará de unos tutores cuando alcance una talla que haga evidente que los tallos comienzan a desparramarse porque no soportan su peso, debido que éstos no son demasiado fuertes, de este modo conservarán un porte bien erguido.

Sus hojas son pilosas en ambas caras, ovaladas, puntiagudas, de textura aterciopelada, de color verde bronce por la cara superior, más claro por la inferior, de tres a cinco nervios muy pronunciados.

Las bellísimas flores de color azul-violeta purpúreo poseen diez estambres corvos de color púrpura, tienen un cáliz velloso y crecen en los extremos del tallo.

La corola es un delgado tubo que se abre en cinco grandes pétalos redondeados.

La floración se presenta desde agosto hasta noviembre, pese a que las flores son bastante efímeras, con la correcta cantidad de luz y calor aparecerán intermitentemente durante muchos meses al año.

Necesita una luz fuerte, incluso algo de sol, pero sin la intensidad enérgica de las horas centrales del día.

Requiere posiciones bien ventiladas y una humedad ambiental con un nivel lo más alto posible durante toda la estación de crecimiento.

Aunque la planta puede soportar heladas ocasionales y puede cultivarse en exteriores en un clima suave, con unas temperaturas mínimas invernales de 12 a 15ºC dará mejores unos resultados.



Con heladas severas puede perder la parte aérea pero volverá a brotar en primavera.

Necesita de un sustrato suelto y ligero, levemente ácido, con riegos habitualmente moderados, pero más frecuentes y abundantes durante la floración.

Ocasionalmente las plantas adoptan un aspecto desaliñado y deben mantenerse en buena forma mediante una poda en primavera, si es preciso realizándola de forma severa.

Se propaga por mediación de esquejes semi-leñosos, recogidos en verano, y mantenidos en un lugar cálido; por semillas en primavera.





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