Sinonimia: Viola conspersa - Violeta alpina -
Violeta del labrador- Violeta canina - Viola labrador
Pertenece a la familia Violaceae. Forma matas redondeadas y compactas a modo de montículos de baja altura y lozano follaje.
Por su pequeño tamaño admite perfectamente que se la cultive en suelo, maceta o jardinera, en cualquier asentamiento dará unos resultados magníficos. Bajo el amparo de árboles crecerá de manera inmejorable.
No obstante, a esta viola no se la debe subestimar por su tamaño ya que en jardinería se emplea en muchas ocasiones como planta tapizante o de cobertura para [...] revestir zonas de suelo desnudas de vegetación.
A diferencia de otras especies del género que su follaje pasa casi inadvertido o es de escaso valor ornamental, en esta planta sí es relevante y altamente decorativo.
Donde más se emplea en jardinería es en los remates de macizos, borduras, además de jardines húmedos de rocalla, no obstante es igual de idónea para cultivar en macetas o jardineras gracias a su tamaño comedido.
Las flores son muy pequeñas pero contrastan y añaden aún más belleza a la planta de característico follaje púrpura, además, si goza de un suelo con buenos nutrientes florece de manera muy abundante.
El tiempo propio de floración se encuentra entre mayo y junio, pero si se le ofrece un suelo rico en nutrientes.
Con un alto grado de humedad y una exposición semi-sombreada es capaz de florecer casi toda la temporada de manera ininterrumpida.
Las hojas son acorazonadas, con la superficie bien marcada por los nervios y los bordes levemente ondulados.
La tonalidad del follaje es de un intenso y profundo color verde combinadas con manchas de color púrpura oscuro.
Aun cuando la planta se encuentra sin floración no merma su vistosidad gracias al imponente color del follaje.
Las flores surgen de largos tallos delgados por encima del follaje, están formadas por cinco pétalos de color azul púrpura. Los sépalos y pétalos no están fusionados.
La mejor posición en el jardín son las zonas de sombra muy luminosa o sombra parcial. En las regiones de clima de calor moderado admite el pleno sol.
A la hora de regar hay que hacerlo en profundidad, de forma que el suelo quede bien húmedo, no encharcado.
Cuando se cultiva esta violeta en un jardín ella misma se encarga de propagarse por si misma.
De todas formas la forma más sencilla de hacerse con nuevos ejemplares es mediante la división de una planta adulta.
Una vez dividida la porción o porciones se colocan en su lagar definitivo, tanto si se trata de una maceta o en el suelo de jardín.
Las plagas o enfermedades no es algo preocupante en esta planta, sólo ocasionalmente puede ser atacada por babosas y los caracoles.
Hacia finales del invierno es muy positivo eliminar las partes dañadas o de crecimiento inadecuado.
Las flores de esta viola como sucede con otros componentes del grupo se emplean en aderezos culinarios, tanto decorativo como para consumir.
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