Plectranthus neochilus


Coleus neochilus - Boldo rastrero


Estamos ante una planta robusta, que no necesita de grandes atenciones. Pertenece a la familia de las Lamiaceae.

Los tallos apenas alcanzan los 20 cm , si los superan tienden a postrarse, pero se expande con fluidez a lo ancho, haciendo matas capaces de alfombrar una buena zona del jardín gracias a su tupida ramificación.

Es conocida por su resistencia y el intenso aroma que desprende; en este apartado conviene mencionar que es intenso y peculiar, y no a todo el mundo le agrada.

Tanto en jardineras como en cualquier otro contenedor mostrará una buena disposición para desarrollarse sin contrariedades.

Es ideal si se quiere cubrir una zona del jardín en poco tiempo, ya que se difunde con mucha rapidez.

Tiene una naturaleza suculenta, de follaje grueso, carnoso, de forma casi triangular, márgenes ligeramente ondulados y tacto suave que brinda el revestimiento de finos pelillos por ambas caras.

Las hojas son de color verde pálido con un matiz grisáceo, suelen tomar una tonalidad ligeramente rojiza cuando la mata está emplazada a pleno sol y totalmente verdes si está a la sombra.

Origina largas y espesas espigas colmadas densamente de flores de color azul púrpura, guarda algo de semejanza con la flor de la Lavandula.

Se puede disfrutar de su floración durante un periodo excepcionalmente largo, en primavera ya comienza a mostrar las primeras flores y seguirá haciéndolo hasta bien entrado el otoño, sobre todo si disfruta de un tiempo cálido.

Es una planta fundamentalmente de emplazamientos soleados, si bien las ubicaciones sombreadas no le dañará, hará que su floración merme considerablemente, ni se aproximará su producción a la que gozaría en una situación soleada.

De igual manera las plantas con situaciones sombreadas darán como resultado matas desgarbadas o menos densas de follaje.

Se puede cultivar en una terraza siempre y cuando reciba algunas horas de sol al día, en caso contario la planta producirá solo follaje y alguna flor ocasional.

Pese a que no es una planta en absoluto delicada, es bastante posible que con el paso del tiempo requiera de una renovación del sustrato que de seguro habrá perdido algunos elementos nutritivos.

Aunque esto no es algo imprescindible, ni tampoco requiere abonarla con regularidad, un sustrato rico en nutrientes mejora sin duda cualquier ejemplar.

En cuanto a los riegos del sustrato no tiene demasiada necesidad de que estos sean frecuentes, bastará con regarla de manera esporádica.

Puede hacerse en profundidad y dejar que el sustrato se seque casi por completo antes de regar de nuevo.

Riegos muy seguidos o intensos acaban por pudrir los tallos que están a ras de suelo. Por supuesto no requiere en ningún caso el riego por encima del follaje.

El abuso de los riegos dan como resultado hojas se vuelvan blandas, por contra, cuando la planta está excesivamente seca el follaje se encoge.

Si la temperatura baja mucho durante el invierno o se encuentra en una región de auténtico frío invernal, perderá toda su parte aérea.
No hay que preocuparse ya que volverá a recuperar su esplendor con la llegada de la primavera.

Propagarla mediante el corte de esquejes es el método más sencillo y con un resultado excelente. No obstante, la planta tiende a auto-propagarse.

Otra forma de hacerse con un buen número de ejemplares es mediante la división de la mata en un grupo de fragmentos y plantarlos individualmente en macetas o agrupados en jardineras.





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