Bignonia azul - Tumbergia azul
Es una fantástica trepadora de bajo mantenimiento y es insuperable por su espléndida floración, que sucede gran parte del verano.
La Tumbergia azul tiene una naturaleza perenne si se encuentra en un clima de estaciones cálidas, pero se comporta como anual si los inviernos son muy severos, dado su escasa resistencia al frío.
El género lo conforman unas 150 especies oriundas de zonas del continente africano y asiático con una naturaleza cálida y lluviosa.
Se incluye dentro de la familia de las Acanthaceae, compuesta por plantas procedentes de zonas tropicales y subtropicales del mundo.
Realmente es una planta que su cultivo no presenta dificultades importantes y revestirá una valla o pérgola de manera dinámica.
Esta planta desarrolla una de las flores más grandes del género, son tremendamente vistosas gracias a su color azul, teñido irregularmente de blanco.
Las flores aparecen solitarias a lo largo de delgados e inestables tallos, tienen forma de trompeta, con cinco pétalos fusionados y la garganta de color amarillo de la que surgen unas líneas de color añil.
El exuberante follaje aflora de modo denso y aporta también un gran atractivo a la Bignonia azul; las hojas de color verde potente, son grandes, de forma lanceolada y los márgenes están levemente dentados.
Para que su crecimiento sea ascendente y logre cubrir una amplia superficie, será necesario que se le facilite algún tipo de estructura que aseguren los volubles tallos.
Cuando se cultiva esta bignonia azul en emplazamientos con unas condiciones diferentes a las de un jardín, como por ejemplo un patio, terraza, o balcón, es posible disponerla en una maceta de buen tamaño sin inconvenientes para que progrese.
En estos espacios sus requerimientos son los mismo que cuando lo hace en suelo de jardín, esto es: una situación soleada y disponer dentro de la maceta de unas guías que dirijan su crecimiento.
Es preferible entutorarla desde que la planta es joven, de esta manera es más fácil dirigir su crecimiento a nuestra necesidad.
El mejor desarrollo lo mostrará cuando se cultiva en suelos fértiles, que drenen bien, ligeramente ácido y que conserven una humedad moderada.
Si se mantiene la planta en el exterior durante el invierno y las temperaturas bajan en exceso la planta lo resentirá y morirá, pero sólo su parte aérea, ya que con la llegada de la primavera comenzará un nuevo ciclo.
Para propagarla se puede tomar esquejes de tallo en verano, no suelen ofrecer problemas para arraigar y en pocas semanas ya emitirán raíces.
Otra opción es emplear semillas que se siembran en primavera.
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