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Callisia repens


Callisia

Nativa de Centro América, se trata de una planta de interior que pertenece a la familia Commelinaceae.

Es una encantadora planta pequeña, muy frondosa y decorativa, cuyo mayor atractivo radica en sus bonitas hojas; no llega a tener una altura superior a los 30 cm.

Elabora largos y finos tallos erguidos, con tendencia rastrera a medida que crecen y de los que surgen pequeñas hojitas brillantes.

Tienen forma acorazonada o suavemente lanceolada y textura suave, de color verde potente.

Se puede mantener con un porte proporcionado y compacto cortando los tallos que sobresalgan en demasía del conjunto del follaje.

O bien dejar que los tallos cuelguen a su voluntad para destinarla como planta colgante.

Las hojas ocasionalmente se pueden tornan de color rojizo por el envés.

Florece en al inicio del verano unas muy pequeñas flores de color blanco, sin ningún interés decorativo ya que son muy poco vistosas.

Necesita de buena iluminación de forma matizada, nunca se debe situar en lugares muy soleados debido a que se pueden quemar las hojas.

pero un poco de sol matinal muy suave le es muy beneficioso, un exceso de penumbra hace que los tallos se alarguen entre el nacimiento de unas hojas y otras.

Los riegos del sustrato han de ser regulares, bastante generosos en verano y más contenidos en invierno. Agradece las humidificaciones diarias en épocas de calor.

Siempre con agua que no esté demasiado fría, templada es la ideal o al menos a una temperatura ambiente.

Una vez humedecida la parte aérea no conviene dejar demasiado tiempo agua encima de las hojas, por ello, hay que inclinar un poco la maceta para así facilitar la eliminación de agua que permanezca sobre ellas.

En la etapa de crecimiento se puede abonar cada dos semanas con un fertilizante líquido para plantas verdes, en dosis bajas, añadido al agua de riego.

Tanto a la hora de regarla como en su ubicación o manipulación hay que tener cuidado, porque los tallos de la Callisia se rompen con mucha facilidad.

La decoloración de las hojas puede ser debido a la invasión de las arañas rojas que tejen finísimas telarañas en el envés de las hojas, el ataque lo favorece un ambiente cálido y seco.



Adquirir una Callisia para una habitación luminosa y fresca es una excelente decisión, ya que además de su elegante aspecto el precio de esta planta es verdaderamente módico y además, nos ofrece la posibilidad de hacernos con un buen número de nuevas plantas a través de multiplicarla mediante esquejes.

Es extremadamente fácil propagarla, basta tomar fragmentos de los tallos más vigorosos que se pueden poner a arraigar en un recipiente con agua o plantar directamente en una maceta con sustrato.

Permite que el arraigo se realice en cualquier época del año.

En primavera se puede trasplantar a una maceta más grande si la que tiene se le ha quedado pequeña.

Esto se debe realizar en los dos o tres primeros años de vida, después, es mejor hacerse con ejemplares nuevos.

Debido a que esta planta tiene tendencia a ir perdiendo hojas y a deslucirse con el paso del tiempo.

Es bueno renovarla cada año mediante esquejes y hacerse con uno o varios ejemplares nuevos.






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