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El agua de riego



Es imprescindible acertar con el agua de riego para un buen crecimiento de las plantas. Y no sólo importa la cantidad, sino también la calidad.

Por lo general, el agua del grifo resulta algo dura, aunque existen grandes variaciones en cada zona, los cambios se notan incluso, de un municipio a otro.

Si después de regar quedan manchas blancas en las hojas o en la tierra es que el agua tiene mucha cal, es decir, es agua dura.

Siempre que se pueda, conviene recoger agua de lluvia para regar los ejemplares de interior, es sin ninguna duda la mejor.

Si sabemos que en nuestra casa el agua del grifo es dura, podemos mejorarla si la dejamos reposar en un recipiente durante unas 24 horas, de esta forma mejorará su calidad y las plantas lo agradecerán.

El cloro se evaporará y la cal se depositará en el fondo del envase.

Una buena fórmula para ablandar el agua consiste en llenar una bolsa de tela o un pequeño saco con 1K de turba seca, que se vende en los viveros o centros especializados de jardinería, y mantenerlo toda la noche en un cubo con unos 20 L de agua.

Después de utilizar este saquito un máximo de cuatro veces hay que renovar la turba. También podemos añadir unas gotas de vinagre o de zumo de limón al agua de riego.

Pese a que no todas las plantas tienen las mismas demandas en cuanto a la calidad del agua, como sucede con los cactus que son plantas muy resistentes.

Otras sin embargo, son más exigentes y se desarrollarán mucho mejor si se procura regarlas con agua blanda.

Entre otras encontramos: la Azalea, Hortensia, Gardenia, Camelia, Orquídeas, Helechos, Begonias, etc.
El agua demasiado fría es asimismo un inconveniente para un buen número de especies más delicadas.

Por esta causa es mejor conservar agua en uno o varios recipientes en un lugar cálido y dejar que se atempere antes de regar.

Hay que dejar que repose durante unas cuantas horas para que pierda el efecto de frío antes de regar, y no cause un estrés a las raíces.

Esta labor es importante hacerlo con las plantas más delicadas.

Por este motivo, es mejor que el agua para regar las plantas de interior esté ligeramente tibia, o al menos a temperatura ambiente.

Conviene tener en cuenta que son especies que su origen natural son regiones o países con clima tropical.




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